lunes, 19 de enero de 2009

Antonio Calvache


Fotógrafo, torero, actor y realizador cinematográfico

1941: Antonio Calvache en Melilla

por Paco el Cordobés y Juan Díez


Antonio Calvache Gómez de Mercado nació en Córdoba en el año 1896, cuando su padre el fotógrafo almeriense Diego Calvache se instaló durante algún tiempo en esa capital andaluza. Antes de trabajar en Jerez de la Frontera y montar definitivamente su estudio en Madrid, concretamente en el número 16 de la céntrica Carrera de San Jerónimo. Galería que pronto adquirió fama y captó las imágenes de artistas, toreros e incluso intelectuales de la altura de Benito Pérez Galdos y Jacinto Benavente.
Los tres hijos de Diego Calvache, siguieron la profesión también con éxito: Diego, José y Antonio.
José se independizó y abrió su propia galería en la calle Sevilla, también de Madrid. Y el renombre de los Calvache fue tal que incluso la Casa Real solicitó ser inmortalizada por ellos. Siendo igualmente muy frecuente las fotos de famosos firmadas por Calvache publicadas en revistas de tirada nacional.
Antonio sería el más conocido de los Calvache por su espíritu aventurero y bohemio que lo llevó a probar también fortuna en los mundos de los toros y el cine.

Torero
Los hermanos Diego y Antonio Calvache fueron unos grandes aficionados al mundo de los toros. Dedicando Antonio en su temprana juventud, más tiempo a los capotes y muletas, entrenamientos taurinos, que a las cámaras en el estudios fotográfico de su padre.
Los esfuerzos e influencias fructificaron, y el 26 de julio de 1914 Antonio Calvache se presentó en la plaza de toros de Carabanchel. Más tuvo la fatalidad de resultar cogido de gravedad en el muslo cuando toreaba de muleta al quinto astado de la corrida. Este temprano percance no lo desanimó, y restablecido pronto, volvió a torear en el mismo ruedo, luego en Jerez de la Frontera, Sevilla, en Barcelona cuatro veces. Y en Zamora alternó en un festival junto a Joselito El Gallo, Limeño y Blanquito.
Al morir el novillero Antonio Carpio en la plaza de toros de Astorga, el 27 de agosto de 1916 de trágica cornada. Antonio Calvache aceptó torear los contratos que le quedaban al desgraciado diestro y donó todas las ganancias, menos sus modestos gastos, a la familia del infortunado torero.
La prensa elogió el acto de Antonio Calvache, que alternó bastante como pareja del popular matador Antonio Sánchez.
El 13 de julio de 1919 falleció de cruel enfermedad su hermano Diego, que hacía de su apoderado y consejero. Y que había realizado los mejores retratos de toreros y artistas del teatro. Su prematura muerte dejó desamparado a Antonio, quien después de actuar en la plaza de Madrid cumpliendo con ilusión su presentación: Mostrándose como novillero de categoría, elegante y fino. Dejó de momento el toreo para atender el negocio fotográfico familiar.
Antonio Calvache vistió el traje de luces interpretando el papel de Antonio Romero en el cine, en “La España Trágica”, de 1918 y dirigida por Rafael Salvador. Revelándose Calvache como un gran actor con mucha experiencia en el ruedo.
En 1925 fue nuevamente requerido para protagonizar la película “Currito de la Cruz”, una adaptación de la novela de Alejandro Pérez Lugin que fue dirigida por Fernando Delgado. En “Currito de la Cruz”, film de 1935 dirigido también por Fernando Delgado, Antonio Calvache se limitó a asesorar al nuevo actor principal, el torero Antonio García Maravillas.
Calvache no llegó a tomar la alternativa.
Cineasta
Como hemos tenido ocasión de conocer, Antonio Calvache se vinculó muy joven con la cinematografía, primero como actor, asesor, director y finalmente realizando documentales.
Podemos resaltar sus reportajes acerca de la guerra civil española, como los que llevaron por título: “Rutas de fuego” y “Derrumbamiento del ejército rojo”, que a petición del Ministerio de la Guerra de Alemania pasó a formar parte como films de formación en sus academias militares.
También intervino en “La Batalla de Teruel”.
Dirigió tres películas, una de las primeras llevó por título “La chica del gato”. En 1926 realizó “Los vencedores de la muerte”, estrenada en Madrid el 31 de enero de 1927, y la última se denominó “Boy”, producida en 1940 por CIFESA e interpretada entre otros por Luis Peña y Mariemna.
En marzo de 1942 el diario melillense “El Telegrama del Rif” informó de que Calvache había partido para Roma, con la finalidad de rodar varias películas de ambiente español, e incluso una relacionada con Melilla.

En Melilla
Finalizando el año 1941, la figura ya legendaria de Antonio Calvache tomó en Melilla gran protagonismo al inaugurar “Altares de España” en los salones del Casino Militar, una exposición de fototextos, unas trescientas fotografías con textos alusivos a la actuación en la recientemente terminada guerra civil del Cuerpo de Ejército Marroquí y Cuerpo de Ejército del Maestrazgo. Formando entonces la última unidad la guarnición de Melilla.
El solemne acto de inauguración tuvo lugar en la tarde del 23 de diciembre de este año de 1941, asistiendo las máximas autoridades de la ciudad: el general Rafael García Valiño, Comandante General de Melilla desde el 29 de agosto de 1939 al 12 de octubre e 1942 , el Alcalde Rafael Álvarez Claro y numerosos jerarcas de Falange, periodistas, fotógrafos y público en general.
Recordemos que a Calvache le sorprendió la guerra fraticida en Madrid, de donde huyó para pasarse al bando nacional e integrarse en las brigadas de Navarra, Cuerpo de Ejército de Maestrazgo y Cuerpo de Ejército Marroquí. Teniendo como jefe supremo al general García Valiño y captando entonces las imágenes que ahora mostraba.
La exposición permaneció abierta durante cinco días, y de ella el célebre periodista Julio Martínez Abad en la primera página de “El Telegrama del Rif” de fecha 24 de diciembre de 1941, escribió: “Basta para que el visitante se compenetre con esta impresión, con la detención en los pies de las fotografías expuestas. En ellas un gusto literario – para nosotros nuevo, novísimo, porque tiene la raíz y la entraña realísima y fuerte, vigorosa y tensa de lo vivido -. Deja en suspenso al que leyere, porque no sabe qué admirar más, si la foto magnífica y exaltadora de nuestros valores, o la prosa que la ilustra, que deja de serlo para convertirse en poesía…”
Clausura
Como broche de la exposición de Calvache en Melilla, inicialmente se proyectó concluirla con un acto donde la mujer melillense tuviera el máximo protagonismo. Más finalmente se dedicó a los Caídos por la Patria y señores Caballeros Mutilados, teniendo no obstante la mujer melillense en su representación de la Sección Femenina de Falange, la voz que hizo el llamamiento y tuvo a su cargo la organización del exceso acto patriótico.
Al efecto el salón principal del Casino Militar fue exornado con gusto, colocándose en su centro una plataforma inclinada cubierta de flores y con la fotografía del alférez Sardiña, enmarcada en una corona de laurel, como símbolo del sacrificio hasta la muerte por España.
También se resaltó uno de las fotografías expuestas: un retrato del general García Valiño, al que Calvache ofreció una palma con la siguiente dedicatoria: “Al Excelentísimo Sr. General García Valiño, el último de sus voluntarios”.
Como era de espera, el general García Valiño, acompañado de su esposa, presidió el acto al que tampoco faltaron las autoridades locales, jerarquías de Falange y ciento de señoras que acudieron al llamamiento de la Sección Femenina.
Fue retransmitido el acto por Radio Melilla, E.A.J. 21. Iniciándolo el director de esta emisora, Francisco Llinás, con la lectura de los textos de algunas fotografías a cargo del teniente Caballero Mutilado Francisco Mir Berlanga y el artista escultor melillense Luis Jurado, que poco tiempo después alcanzó a dirigir la Academia de Dibujo Municipal. Marchando a la Península años más tarde.
A continuación se leyó por el secretario particular del Alcalde, Salvador Carrillo de Alburquerque, una relación de algunas de las muchas victoriosas acciones de guerra en la que tomó parte la Primera División de Navarra dirigida por el general García Valiño. Para después dar las gracias Antonio Calvache por las enormes atenciones recibidas en Melilla.
La ceremonia fue amenizada por la excelente banda de música de los Flechas Marinos.
La solemne clausura finalizó con un vibrante y patriótico discurso del Alcalde, Álvarez Claro. Y dado por terminado el acto, algunas distinguidas señoras y señoritas depositaron los ramos de flores que habían recibido al comenzar el acto, al pie de la fotografía del alférez Sardiña. Para a continuación el resto de mujeres arrojar también flores sueltas sobre el túmulo. Ramos y flores sueltas que fueron recogidas para seguidamente formarse una comitiva formada por Calvache y señoritas, que las depositó ante el Monumento a los Caídos.
Simpático acto
Así fue calificada por “El Telegrama del Rif” la cena organizada por un lírico Antonio Calvache en el estudio de su amigo el pintor y escultor Luis Jurado. Destinada a mostrar su agradecimiento al general García Valiño y otras personalidades locales por la ayuda prestada para que pudiera exponer en Melilla su obra “Altares de España”.
Consistió en una comida íntima elaborada por el desaparecido restaurante El Metropol y a la que asistieron el general García Valiño; el Alcalde Álvarez Claro; Francisco Llinás, cofundador de Radio Melilla y Julio Martínez Abad, influyente redactor de “El Telegrama del Rif”, además de Luis Jurado y Calvache.
La velada fue amenizada con bordones de canciones gitanas y recitaciones de poesías, gracias a la guitarra de Miguel Casado y piano de Beltrán.
Y mientras unos, los serios, dieron discursos, otros recitaron poesías. Una cena donde se fusionaron el amor a la Patria y la devoción al Arte, en palabras de Julio M. Abad.
Exposiciones fotográficas
Además de la muestra realizada en Melilla, conocemos que Calvache en 1924 expuso un conjunto de retratos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Presentó una Exposición de Guerra en marzo de 1942, y a finales de ese mismo año organizó una exposición sobre Africa en el Riad del Sultán de Marruecos en Tánger, a modo de homenaje al pueblo marroquí.
Algunos años después de su muerte, en 1994 se pudo recuperar parte sustancial de su obra gráfica. Unos trabajos que puestos en manos de Juan Miguel Sánchez Vigil, éste como comisario montó una exposición en el Centro cultural Conde Duque de Madrid bajo el título “Antonio Calvache”. Y el mismo Sánchez Vigil en el año 2000 editó el libro “A través del espejo: cómicos, trágicos y mitos: fotografías de Calvache”.
Epílogo bohemio
Terminada la guerra civil española residió algunos años en Marruecos, concretamente en Tánger, aunque igualmente realizó algunos trabajos fotográficos en las principales ciudades del Norte de Africa: Ceuta, Tetuán y Melilla.
Calvache más tarde marchó a Cuba y París, para regresar ya mayor a Madrid.
Recordemos que Antonio Calvache estuvo casado con Aurelia, hija de Pío Wandosell. Un adinerado empresario minero almeriense que alcanzó tanta riqueza que incluso cambió su primer apellido. Más, seguro que el carácter aventurero y bohemio de Calvache propició una rápida disolución del matrimonio.
En Madrid, para malvivir se vio en la necesidad de realizar mil y un trabajos. Falleciendo aquí el 31 de enero de 1984, a los ochenta y ocho años de edad en la más absoluta de las indigencia y luego de haber tenido incluso que vender muchos de sus recuerdos y fotos.

Artículo publicado en “La Voz”, suplemento dominical del diario “Melilla Hoy”, el 18 de enero de 2009