domingo, 7 de noviembre de 2010

LA ARMADA EN MELILLA, 18.07.1936 ( 1 )

¿ Qué pasó con la oficialidad de los
destructores arribados a Melilla
el 18 de julio de 1936 ?

Marinos fusilados en Málaga el 21 de agosto de 1936 ( 1 )

El 17 de julio de 1936, dio comienzo uno de los episodios de la historia de España, siendo este capítulo de la misma, el estallido de la guerra civil de 1936-39, la cual, entre todos los estamentos, involucró a la Armada española. El inicio tuvo lugar en Melilla, continuando posteriormente, con horas de diferencia, en Ceuta, Larache, Ceuta, Tetuán y las Islas Canarias. (39).

Una vez sublevadas contra la 2ª República las plazas citadas, se empezaron a cruzar mensajes entre ellas, y sin gran discreción, con felicitaciones y de forma intensa, las cuales daban instrucciones para el cruce del Estrecho de Gibraltar, a los efectos de pasar tropas desde Marruecos a la península, cosa que no pasó desadvertida a la principal estación de comunicaciones que tenía la Armada en la Ciudad Lineal, ubicada en el extrarradio de Madrid y al frente de la cual, aquel 17 de julio de 1936, se hallaba de guardia un suboficial llamado Benjamín Balboa, el cual era de firmes convicciones ideas frentepopulistas, siendo su jefe de servicio superior, el Capitán de Corbeta D. Casto Ibáñez de Aldecoa, el cual, se hallaba implicado en la sublevación de Marruecos. (39).

El destructor "Almirante Valdés" abarloado al Muelle de Ribera del Puerto de Melilla.

Con la captación de estos mensajes, en los cuales se llegaba a citar nombres y apellidos de los confabulados, la estación telegráfica de la Marina, tuvo conocimiento de que la sublevación, no sólo afectaba a las principales plazas del norte de África sino que involucraba a la totalidad de las de territorio español. Estos mensajes, debían de ser comunicados al Ministerio de Marina y de este, al de Guerra y a su vez, al Gobierno. (39).

El conocimiento de la sublevación en las plazas de Ceuta y Tetuán, detonó la reacción de las autoridades del Frente Popular las cuales, ordenaron al destructor “Churruca” que había recalado en el puerto de Ceuta en visita rutinaria sobre las 20:00 horas a zarpar de nuevo, arrumbando a Melilla para bombardear el puerto y acuartelamientos, cosa que no se llevó a cabo por contactar su comandante, el Capitán de Navío D. Fernando Barreto Palacios con el comandante del cañonero “Eduardo Dato”, el cual, era mandado por el Capitán de Corbeta D. Manuel Sunico y que se hallaba fondeado en el puerto ceutí. Ambos comandantes, decidieron no obedecer las órdenes y declararse sublevados. (39).

La marinería del destructor, inicialmente, obedeció las órdenes de su jefe, cosa que no impidió que entre algunos miembros de la tripulación se observara cierta oposición a obedecer las mismas, mostrando desagrado. Cabe citar que en aquel tiempo, en los buques de la Armada española y de forma clandestina, funcionaban comités de marineros simpatizantes del Frente Popular, los cuales, se hallaban perfectamente organizados. Inicialmente, la presencia en el puerto de Legionarios y fuerzas de Regulares, impidieron ir a estos comités, más allá, los cuales, optaron por esperar. Al contrario que en el destructor “Churruca”, en el cañonero “Dato”, la marinería se sumó de muy buen grado a la sublevación. (39).

Las órdenes cursadas por el gobierno a la casi totalidad de las bases navales y buques de la Armada cercanas al Estrecho, eran de dirigirse al mismo en evitación de que las fuerzas sublevadas pudieran cruzarlo y desembarcar en la península. Los comandantes de las unidades navales, inicialmente se opusieron al acato de las órdenes recibidas ya que no era normal que se les ordenara dirigirse al estrecho al efecto de bloquear y bombardear Ceuta, Melilla y a los buques que de ellas provinieran con tropas a bordo, motivo por el cual, se solicitaban aclaraciones y confirmaciones. (39).

Estas solicitudes de aclaraciones y confirmaciones, fueron suficientes para que aparecieran en el Ministerio de la Guerra las primeras dudas sobre si se podía o no, confiar en la unidades de la Armada para tales fines. (39).

Mientras tanto, los guardacostas “Uad-Luya”, “Uad-Kert” y “Uad-Luens”, los cuales habían captado también los mensajes cursados al anochecer entre las unidades sublevadas mientras se hallaban desarrollando sus funciones de patrulla costera cerca de Ceuta, optaron por poner rumbo al puerto internacional de Tánger, en el que buscaron refugio a la espera de órdenes desde Madrid. (39).

Las sublevaciones del cañonero “Eduardo Dato” y del destructor “Churruca”, llevadas a cabo poco antes de la medianoche del 17 al 18 de julio de 1936, representaron una nada grata sorpresa para el gobierno republicano de Madrid, no dando este credibilidad a lo sucedido y llegándole esta noticia mezclada con la de la huída de los tres guardacostas a Tánger. Esto, se vió agravado más con la noticia recibida de la sublevación del destructor “Churruca”, el cual, había recibido órdenes directas de bombardear Ceuta. (39).

Mientras tanto, en Madrid, aparecía el temor a que la flotilla de destructores que había partido desde Cartagena (39), a última hora de la tarde del 17 de julio, Casares Quiroga, ante la imposibilidad de usar la aviación en contra de los sublevados, dado que no se podía volar de noche, había autorizado sobre las 21:00 horas, ante la evidencia que Melilla se hallaba en poder de los alzados en armas contra la República, que zarpara de Cartagena la flotilla compuesta por los destructores “Almirante Valdés”, “Lepanto” y “Sánchez Barcaiztegui”, todos ellos bajo el mando del Capitán de Fragata D. Fernando Basterreche y Díez de Bulnes, con rumbo a Melilla y zona del Estrecho con la orden expresa de someter a los sublevados y si fuera preciso, bombardear acuartelamientos y otros lugares donde se hubiesen hecho fuertes, así como impedir que pudieran embarcar con destino a la Península. Dicha flota, se haría a la mar sobre las 23:00 horas del 17 de julio con el objetivo de tener Melilla a la vista el 18 del mismo mes por la mañana (40), temiéndose por eso pudiera copiar la idea del “Churruca” y sublevarse, cosa que dado la importancia de los buques, podría resultar muy perjudicial para el Frente Popular, motivo por el cual, ignorando la cadena de mando y a espaldas del Capitán de Corbeta D. Casto Ibáñez de Aldecoa, el suboficial Benjamín Balboa, desde la central de radio de Ciudad Lineal de Madrid, aprovechándose que la mayoría de los telegrafistas de buques de la Armada eran de filiación frentepopulista, empezó a cursar mensajes a los efectos de alertar a los jefes de los comités de marineros de lo que sucedía en el cañonero “Eduardo Dato” y en el destructor “Churruca” y que sometieran a los oficiales a una severa vigilancia y que ante la más mínima sospecha de que estos se alzaran, procedieran a su detención y a amotinarse haciéndose con el control de los buques y bases navales, cosa que representaba un paso muy importante dado que algunos jefes del Frente Popular que ya habían comenzado a actuar por su cuenta para intentar neutralizar la acción de los sublevados. (39).


El "Almirante Valdés" embarrancado en la escollera del Morro del Dique Nordeste del Puerto de Melilla.

El resultado fue muy eficaz ya que el envío de esos mensajes, ponía a los jefes de comité alerta y al corriente de la sublevación militar, la cual, ya tildaba de “fascista” el suboficial Benjamín Balboa. Con estos avisos, se avisaba a las tripulaciones y los alertaba, cosa que los ponía en una posición de ventaja sobre los alzados. (39).

En parte, por la defección del “Churruca” y del “Eduardo Dato”, para reforzar a las unidades navales que desplegaban para bloquear a los sublevados en Marruecos, ya de madrugada y sobre las 4 de la mañana, el Ministerio de Marina, siguiendo instrucciones del de la Guerra, ordenaba al Almirante D. Miguel de Mier, Jefe de la División de cruceros de guerra, arrumbar con el “Libertad” y el “Miguel de Cervantes” hacia la zona del Estrecho de Gibraltar. Como se ha mentado ya, el Almirante, alegó no poderlo hacer de inmediato dado que debía de aprovisionar de combustible sus buques, cosa que al parecer era cierto, y que el primero de los buques, que se hallaba al mando del Capitán de Navío D. Hermenegildo Franco Salgado-Araujo, primo de D. Francisco Franco Bahamonde, no podría zarpar hasta las 14.00 horas del día 18 de julio y que el 2º, el “Miguel de Cervantes”, no lo podría llevar a cabo hasta las 20:00 horas del citado día. Este último, se hallaba bajo el mando del Capitán de Navío, D. Antonio Moreno. (39).

Se dio también orden de zarpar desde Cartagena con destino al Estrecho, a la flota de submarinos, compuesta por los sumergibles “C-1”, “C-3”, “C-4”, “C-6” y “B-6”, los mandos de los cuales, estaban también dispuestos a sublevarse en cuanto les la ocasión les fuese propicia. No obstante, las tripulaciones, debido a los mensajes cursados por Balboa, ya estaban advertidas. (39).
El 18 de julio, sobre las 07.00 horas, Benjamín Balboa, desde Ciudad Lineal en Madrid, capta el mensaje que el general D. Francisco Franco Bahamonde, transmite a las fuerzas de Marruecos y que se hacía extensivo a las Divisiones Orgánicas, Comandancias Generales, buques y bases de la Armada española en todo el territorio español, a la vez que anunciaba que tanto él, como las fuerzas militares de Canarias, se unían al Alzamiento. (41).

Este mensaje captado por el suboficial Balboa en la citada estación de comunicaciones y consciente de la importancia que tenía, lo comunicó por via telefónica al Ministerio de la Guerra el cual, estaba ya en manos de oficiales de la “UMRA” (Unión Militar Republicana Antifascista y antagonista de la UME, “Unión Militar Española”). Estos, dándose cuenta de la relevancia del mismo, (Franco y Canarias sublevados), solicitaron copia por escrito. Mientras Balboa andaba en tales tareas, fue sorprendido por el oficial jefe del servicio, el Capitán de Corbeta D. Casto Ibáñez, el cual, implicado en el Alzamiento y dándose cuenta de la importancia ya citada, le ordenó lo transmitiera en primer lugar al Ministerio de Marina para que llegara a manos del Almirante Salas, Jefe del Estado Mayor de la Armada, implicado también en la sublevación y para que tuviera antes que nadie en sus manos el mensaje del general Franco. (41)

Benjamín Balboa, se negó a cumplir la orden, cosa que desembocó en una discusión con D. Casto Ibáñez, la cual, subiendo de tono cada vez más, finalizó al empuñar su pistola el suboficial Balboa y encañonar al Capitán de Corbeta Ibáñez deteniéndole y haciéndose inmediatamente cargo de la estación de comunicaciones de la Armada quedando esta, al servicio del Frente Popular. (41).

Mientras tanto, a aguas melillenses ya habían arribado los destructores, “Almirante Valdés”, “Sánchez Barcaiztegui” y “Lepanto”. El Capitán de Fragata D. Fernando Bastarreche, al frente de la flotilla, decidió tras aprobarlo el resto de la oficialidad de los buques, ponerse en contacto con las autoridades militares ya sublevadas en Melilla y, tras cruzar varios mensajes con ellos, procedieron a unirse al Alzamiento, solicitando autorización de entrada en puerto. Entraron el “Almirante Valdés” y el “Sánchez Barcaiztegui”, quedando el “Lepanto” fuera del puerto en la bocana del mismo. (41).

Una vez amarrados, subió a bordo del “Sánchez Barcaiztegui” el Teniente Coronel D. Darío Gazapo, el cual, se entrevistó con su capitán y el resto de la oficialidad, los cuales una vez analizada la situación, optaron por que la Legión, no subiera a bordo de los buques dado que no era del gusto de los oficiales de la Armada, celosos de su autoridad en los barcos, pero si que debían de tomar posiciones los legionarios en el muelle, a los efectos de intimidar a las tripulaciones de las cuales se desconfiaba dada su filiación socialista y comunista y que las mismas, eran parte muy considerable de las dotaciones de los buques. (41).

Antes de que el despliegue de fuerzas en tierra fuese llevado a cabo, la oficialidad de los buques amarrados en el puerto de Melilla, reunieron a la marinería y les comunicaron la decisión de unirse a los sublevados, cosa que no fue aceptada de buen grado por las tripulaciones. Acto seguido, los jefes de los comités, se pusieron en marcha, logrando arrastrar con ellos a la práctica totalidad de las dotaciones, amotinándose y deteniendo a la oficialidad. (41).

Una vez tuvieron el control de los buques, advirtieron por radio al “Lepanto”, en el cual, se repitió el motín, iniciándose en los destructores amarrados en puerto, rápidas maniobras de desatraque y salir de puerto. El “Almirante Valdés”, golpeó con su popa el malecón del puerto de Melilla quedando encallado y estando a punto de zozobrar, teniendo que ser remolcado por el barco-correo “Monte-Toro”, ayudándole a escapar. La flota, mentada, puso rumbo a Málaga. Con esta maniobra de la marinería, el Estrecho, quedaba en manos del Frente Popular y se perdía por el momento, la oportunidad por parte de las fuerzas sublevadas de pasar a territorio peninsular. (41).

Desembarcada en Málaga la oficialidad de los destructores “Almirante Valdés”, “Lepanto”, “Sánchez Barcaiztegui” y “Churruca”, fueron conducidos a prisión hasta el 17 de agosto de 1936, fecha en que se les juzgó en Consejo de Guerra, del cual dimanarían once penas de muerte. Dicho tribunal, fue presidido por el Capitán de Fragata D. Federico Aznar Bárcenas, comandante del “Tofiño”, buque en el cual tuvo lugar el Consejo de Guerra. Los vocales, eran un comandante y dos capitanes médicos y un capitán maquinista, y los únicos representantes del Cuerpo General de la Armada, eran el Teniente de Navío D. José García Barreiros y, como suplentes, los también Tenientes de Navío Basset y David J. Gasca, García Barreiro y Gasca., los cuales, ocuparían cargos relevantes en el mando de la Armada republicana. Dichos oficiales condenados a muerte, fueron fusilados en Málaga el 21 de agosto de 1936. (5).


El "Almirante Valdés" en el momento en que logra liberarse, Puerto de Melilla.

Marinos fusilados en Málaga el 21 de agosto de 1936

1). D. Juan Araoz Vergara.
2). D. Fernando Bastarreche y Díez de Bulnes.
3). D. José Fullea y Carlos-Roca.
4). D. Fernando Barreto y Palacios.
5). D. José Tomás Silvestre Sebastiá.
6). D. Vicente Oliag García.
7). D. José Garcés y López.
8). D. Rafael Cervera y Cabello.
9). D.Manuel Saíz Chan.
10). D. Fernando Bustillo y Delgado.
11). D. Juan Soler Espiauva.

Todos y cada uno de ellos. Fusilados en la cárcel de Málaga, el 21 de agosto de 1936.

1). D. Juan Araoz Vergara
Hijo del Capitán de Navío D. Daniel de Araoz y Aréjula, Barón del Sacro Lirio y de doña María Teresa Vergara. De este matrimonio del cual también hubo otros hijos como Federico, Daniel y José María Araoz y Vergara (35), nació D. Juan Araoz, el 10 de noviembre de 1906. Alférez de Fragata en 1930, , nombrado en tal empleo el 1 de agosto de 1929. (1). Según el padre García Alonso, sacerdote que estando preso en la cárcel de Málaga junto a él, le describía como “un chico ocurrente y oportuno de genio vivo y alegre” (19).,Había obtenido su primer nombramiento el 13 de agosto de 1924 e ingresado en el servicio el 1º de septiembre de ese año. En 1930, le hallamos con destino en la Escuadra, con antigüedad de 1 de agosto de 1929. (1). Tres años más tarde, en 1933, le hallamos en el empleo de Alférez de Navío al cual había accedido el 1º de agosto de 1930 y como Alumno de Aeronáutica desde el 27 de noviembre de 1932 (2). El 18 de julio de 1936, siendo Alférez de Navío, formaba parte de la oficialidad del destructor “Churruca”·

En 1936, todo y formar parte de la oficialidad del destructor “Churruca”, en el “Estado General de la Armada” para ese año, nos lo sitúa destinado desde el 27 de noviembre de 1932 como Alumno de Aeronáutica (34) tal y como constaba ya en el “Estado General” de 1933.
Fue juzgado en Consejo de Guerra el 17 de agosto de 1936 y fue condenado a muerte (5). Murió fusilado en la prisión provincial de Málaga el 21 de agosto de 1936. (3).

El Alférez de Navío D. Juan Araoz Vergara, en cuanto supo de su condena a muerte, dimanante de del Consejo de Guerra que se celebró en juicio sumarísimo en Málaga, acusado de “crimen y alta traición” por haber intentado unirse a los alzados el 17 y el 18 de julio de 1936, escribió una carta de despedida a los suyos, la cual, llegó a su familia, gracias al jesuita el Padre D. Francisco García Alonso, el cual, estuvo con él y con otros marinos y militares en la cárcel de dicha ciudad y que testificó del alto espíritu con que dieron sus vidas los marinos fusilados. Las últimas letras que dirigió el Alférez de Navío D. Juan Araoz Vergara a sus seres queridos fueron las siguientes (textual) (19):

“…Málaga, 21 de agosto de 1936.
Queridísimos padres, hermanos y Auntie:
A las dos de la madrugada de hoy, me comunican mi sentencia de muerte. Voy a ser fusilado a las cinco, es decir, dentro de tres horas. Dios ha sido tan bueno, que me ha concedido la felicidad de morir por mi Patria y, mejor que eso, me ha dado un confesor, con el que acabo de confesar hace un momento. A todos os pido perdón por los que os he hecho sufrir con mis defectos. A todos os quiero con toda mi alma y con todo mi corazón.
Desde donde Dios me mande, os veré y os querré y rezaré por vosotros, y velaré para que seáis felices, y Dios os conceda, como a mí, morir cristianamente y en gracia de Dios. Pediré también que España se salve de esta horrible hecatombe, y que todos seáis felices y recéis mucho por mí. Adiós a todos, que Dios os bendiga.
Paso estas últimas horas con mis once compañeros y con un padre jesuita que nos auxilia. Adiós, os abrazo y os beso con toda mi alma y mi corazón, vuestro hijo, sobrino y hermano,
Juan.

PD. Como yo creo en todo lo que Dios y la Iglesia nos enseña, le pido a Jeanne que se haga católica en una carta que le escribo, para que el día del Juicio y la Resurrección de la carne nos reunamos todos. Ayudadme a su conversión. La quiero tanto… y ha sido tan buena para mí… Haced lo que podáis por ella. Adiós, hasta la eternidad.
Juan…”

Dejó escrita también una carta para su joven esposa Jeanne en la que le comunicaba su deseo de conversión al catolicismo para poder encontrarse en el cielo. Ella, no era católica y el matrimonio celebrado fue mixto. La epístola surtió efecto ya que Jeanne al recibirla en Londres, contactó rápidamente con un Jesuita inglés quien le presentó a una catequista delicada. Fue bautizada según el rito católico en Inglaterra antes de regresar a España. Dicha epístola decía (textual) (19):
“…Málaga 20 Agosto 1936.
Mi queridísima Jeanne:

Hoy ha tenido lugar el Consejo de Guerra y dentro de una hora y pico me fusilarán. Perdóname todo lo que te he hecho sufrir. Te adoro con toda mi alma y mi corazón. Solo te pido en la hora de mi muerte que te hagas católica y que reces por mí y que el día del Juicio Final nos reunamos todos delante de Dios. Yo te lo suplico. La Religión Católica es la verdadera.
Muero contento porque tengo tu cariño y tú me has hecho tan feliz en todo el tiempo que hemos vivido juntos. Te ruego otra vez que te hagas católica y no puedo decirte más porque quiero prepararme a morir cristianamente.
Adiós te abrazo y te beso con toda mi alma, mi corazón, y te espero en el Cielo con mis brazos abiertos. Tu marido que te adora,
Juan…”

A su madre, doña María Teresa Vergara de Araoz, le fueron concedidas dos Medallas de Sufrimientos par la Patria con carácter honorífico y el derecho a lucirlas, por la muerte de sus dos hijos don Daniel de Araoz y Vergara, Teniente de Navío y de don Juan de Araoz Vergara, Alférez de Navío, los cuales murieron a manos de los marxistas, como reza el apunte en el Boletín Oficial del Estado del 10 de enero de 1939, “vilmente asesinados por los marxistas”, los días 5 de marzo de 1937 y 21 de septiembre de 1936 respectivamente. Esta orden, fue dada en Burgos el 20 de diciembre de 1938. (20).

Su hermano, D. Daniel de Araoz y Vergara, había nacido el 22 de octubre de 1905. Aprobados los exámenes de ingreso en la Escuela Naval, recibió su primer nombramiento el 9 de septiembre de 1921 e ingresó en el servicio el 9 de enero de 1922. En 1930, era Alférez de Navío, empleo en el que tenía antigüedad de 1 de septiembre de 1926 y estaba ese año (1930) destinado en la “Carabela Santa María”, desde el 25 de abril de 1929 (1). Tres años más tarde, en 1933, con antigüedad de 1 de septiembre de 1930, le encontramos ya ascendido al empleo de Teniente de Navío, hallándose destinado desde el 4 de octubre de 1932, en el crucero “Miguel de Cervantes” (2). En el mes de febrero de 1936, concretamente el día 14, casó en la Iglesia de Sebastián (Madrid), con doña Nieves Rodríguez Marroquí, hija del Capitán de Fragata D. Manuel Rodríguez Novad, que por aquel entonces, era el comandante del destructor “Churruca” (36). Ese año de 1936, el Teniente de Navío D. Daniel de Araoz y Vergara, desde el 26 de marzo de 1935, se hallaba como comandante del guardacostas “Tetuán” (34). El 5 de marzo de 1937, fallecía asesinado por los marxistas (20).

2). D. Fernando Bastarreche y Díez de Bulnes
Nació el 18 de septiembre de 1888. Obtuvo su primer nombramiento el 27 de julio de 1903 e ingresó en el servicio el 1º de septiembre de ese mismo año. Capitán de Corbeta en 1930, empleo al cual había accedido el 9 de octubre de 1924, se hallaba destinado con antigüedad de enero de 1929, como agregado de la Embajada de España en Francia, cosa que induce a pensar que hablaba y traducía el francés. En este año de 1930, había cursado Estudios de Aplicación, era especialista en Estado Mayor y realizó estudios en la Escuela de Guerra Naval (34) , a la vez que se hallaba ya en posesión de la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (N), Cruz de 1ª clase del Mérito Naval con distintivo rojo, Medalla de la Campaña de Melilla, Medalla de África creada por real decreto del Ministerio de la Guerra de 8 de septiembre de 1912 (1) . En 1933, todavía en el empleo de Capitán de Corbeta, se hallaba en la situación de Espectacion de destino y sumaba a sus condecoraciones, una más, la de Oficial de la Legión de Honor francesa (2). En 1936, había que sumarle una condecoración más, la Medalla de las Campañas (34).

El 18 de julio de 1936, siendo Capitán de Fragata, empleo al que había accedido con antigüedad de 19 de diciembre de 1933 (34) y comandante del “Sánchez Barcaiztegui” (5), todo y que en el “Estado General de la Armada para 1936”, constaba destinado desde el 25 de junio de 1934, como Ayudante Mayor del Arsenal de Cartagena (34), fué juzgado en Consejo de Guerra el 17 de agosto de 1936 y fue condenado a muerte (5).Murió fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936 (3).

Su esposa doña María de los Dolores Lerdo de Tejada-Alcón, residente en Cádiz, por Orden de 10 de enero de 1938 de la Secretaria de Guerra, pudo percibir pensión como viuda, con carácter retroactivo desde el 1 de septiembre de 1936 (6). Asimismo, recibía también por Orden de 20 de marzo de 1939, la Medalla de Sufrimientos por la Patria (7).

3). D. José Fullea y Carlos-Roca
Nació el 23 de septiembre de 1907. Presentado a exámenes de ingreso en la Escuela Naval, en los albores del día 3 de junio de 1922, aprobaba el exámen de ingreso correspondiente a la asignatura de Francés (18), sobre el 12 de ese mismo mes, sucedía la mismo con el exámen de Aritmética (21), Geometría sobre el 11 de julio de ese año (22). El 5 de agosto de 1922, su nombre aparecía como nuevo Alumno de la Escuela Naval, tras haber superado todos los exámenes de ingreso. De 60 nuevos alumnos, don José Fullea y Carlos-Roca, ingresaba en la posición número 3 (23). Obtuvo su primer nombramiento en la Armada española el 9 de agosto de 1922 e ingresó en el servicio el 1 de septiembre de ese mismo año. Alférez de Navío con antigüedad de 1 de septiembre de 1927, se hallaba destinado en 1930 con antigüedad de 3 de julio de 1929, en el acorazado “Jaime Iº”. (1). Ascendió al empleo de Teniente de Navío con antigüedad de 24 de octubre de 1931, hallándose destinado en la Escuadra, en el “Libertad” desde el 14 de julio de 1932 (2). Entre los años 1933 y 36, cursó estudios como Especialista en Artillería y Tiro Naval (34).

Mientras estuvo destinado en el crucero “Libertad”, tomó parte durante la revolución de Asturias de 1934. Dicho crucero, bajo el mando del Capitán de Navío D. Miguel Fontela Maristany, zarpó de Ferrol durante la noche del 6 de octubre de dicho año, llevando a bordo un Batallón del Regimiento núm. 29 que se hallaba al mando del Comandante D. Enrique Cerrada Nogueira, arrumbando hacia Gijón dado que Avilés, se hallaba en manos de los sublevados. Llegados al punto, el día 7 del mismo mes, desembarcó bajo el mando del Teniente de Navío D. José Fullea y Carlos-Roca, un contingente armado formado por 50 marineros. Se disparó sobre Cimadevilla hasta la medianoche de ese mismo día. A la mañana siguiente día 8, desembarcó el Regimiento con su artillería con el objetivo de batir a los sublevados de Cimadevilla (25).

El 18 de julio de 1936 este oficial, todavía en el empleo de Teniente de Navío, formaba parte de la oficialidad del “Sánchez Barcaiztegui”, desempeñando su cargo a bordo como 2º comandante, desde el 29 de septiembre de 1934 (34).. Fue juzgado en Consejo de Guerra el 18 de agosto de 1936 y condenado a muerte (5). Murió fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936. (3).

El Teniente de Navío D. José Fullea y Carlos-Roca, también se dirigió a su madre por escrito el 5 de agosto de 1936, narrándole los pormenores de su captura y paso por prisión, ignorando aún habiendo sido procesado, su suerte ya intuía la pena capital. Dicha carta, llegó a manos de la familia gracias al Jesuita P. Francisco García Alonso con el que compartieron prisión en la provincial de Málaga. Dicha epístola decía (textual) (24):
“…En la cárcel de Málaga a 5 de agosto de 1936.

Mi queridísima mamá:
Hace unos 15 días le escribí una carta que dudo llegara a su destino; hoy lo vuelvo a hacer quizás por última vez en mi vida. Como en mi anterior, debido a las circunstancias, no le relaté lo ocurrido, quiero hacerlo en ésta.
El viernes dia 17 salimos de Cartagena para cruzar frente a Melilla. En esa situación permanecimos todo el día 18 y por la tarde fondeó el buque en Melilla sumándose al movimiento. Algún tiempo después se insubordinó la dotación sacando el barco del puerto y arrumbando a Málaga en donde fondeamos en la madrugada del 19.
Ya se puede Vd. Figurar el sufrimiento moral de aquella noche interminable, producido no por miedo, que no lo he tenido en ningún momento, sino por el aspecto que presentaba el barco en manos de una dotación indisciplinada y en completo desbarajuste. Basta decirle que debido a ese estado en su dotación, el “A.Valdés”, otro destructor que corrió nuestra misma suerte, varó en el malecón de Melilla al tratar de salir y a nosotros no nos ocurrió por milagro. Además otra cosa que me producía un gran pesar era ver el desagradecimiento de algunos individuos de marinería y Auxiliares a quienes tenía afecto y creía que me correspondían y no resultó así. Precisamente en ese barco me he portado siempre con gran afecto y he querido a toda la dotación. A media mañana vino a sacarnos un camión de Guardias de Asalto y para traernos a este presidio nos dio un paseo por la población, del que escapamos con vida por milagro.
En la ciudad estaba ardiendo toda la calle de Larios y otra infinidad de edificios y muchas calles estaban obstruidas con automóviles ardiendo.
En las calles había numerosos grupos en la actitud que le es de suponer y tuvimos que parar varias veces, una de ellas por tiroteo que repelieron los guardias del camión y otra vez frente a la casa del pueblo por obstrucción. En fin, un paseo de turismo. Por fin llegamos a esta cárcel en donde ya llevamos 17 días. Estuvimos un día encerrados en celda y después nos pasaron al departamento de políticos, en donde he estado hasta hace cuatro o cinco días, en que tomé el destino de ordenanza de la enfermería con objeto de acompañar al Comandante, que está en ella.
Aquí también he pasado lo mío, pues la noche del día que llegamos, le prendieron fuego a la cárcel los presos comunes (unos trescientos) y tuvieron que sacarnos de las celdas y cambiarnos de alojamiento hasta que se apagó el fuego. Un par de días después hubo una fuga violenta en combinación con los de fuera y se escaparon todos los presos comunes y no entraron en el departamento de políticos por milagro, pues días antes hubo refriega entre ambos y tuvieron los comunes un muerto.
A partir de ese día están entrando muchos presos políticos. De cuarenta que éramos ya estamos unos trescientos de Málaga y su provincia. También aumenta el número de presos comunes y hoy o mañana se esperan los presos comunes de las cárceles de la provincia.
Esta provincia ha sido la más castigada de España en el movimiento y hay muchos cientos de muertos; pero en fin, no quiero contarle más horrores.
Ayer nos tomaron la primera declaración. El juez creo que es un Auxiliar radio y venía en compañía de un Auxiliar de Oficinas y un diputado comunista. Como se puede usted figurar, dadas las circunstancias actuales no tengo ninguna esperanza de salvar la vida, solamente un milagro de Dios pudiera hacerlo. A los pocos días de entrar en la prisión confesé con un Padre recluso político y hoy lo he vuelto a hacer con un Padre Jesuita de Cádiz que lo han detenido cuando hacía ejercicios espirituales en Málaga.
Gracias a Dios tengo tranquila la conciencia, que es lo único importante, que la vida no vale nada y espero resignado y con valentía el momento final. También me reconfortan las noticias que tengo del movimiento, pues creo que se salvará España de este caos en que está metida.
Adiós, mamina querida. Millones de abrazos a usted y la nena y a mis hermanos Joaquín y Fulgencio. Que sean ustedes muy felices les deseo de corazón. Yo muero bendiciéndolos a todos y contento.
Pepe…”

4). D. Fernando Barreto y Palacios
Nacido el 3 de enero de 1880, obtuvo su primer nombramiento en la Armada española el 17 de diciembre de 1896, ingresando en el servicio al año siguiente, concretamente el 9 de enero de 1897, Capitán de Fragata en 1930, con antigüedad de 30 de octubre de 1927, le hallamos destinado como comandante de quilla del destructor “Lepanto”, con una antigüedad de 9 de noviembre de 1928. En 1930, ya constaba en su currículum, haber realizado Estudios de Aplicación, y hallarse en posesión de las condecoraciones siguientes: (1).

Cruz de 1ª clase del Mérito Naval con distintivo blanco.
Medalla de Alfonso XIII.
Cruz de 1ª clase del Mérito Naval con distintivo rojo.
Cruz de 2ª clase del Mérito Naval con distintivo rojo.
Medalla de la Campaña de Melilla.
Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Placa de la Militar Orden de San Hermenegildo (34) (N).
Medalla de las Campañas (34) (O).

El 30 de noviembre de 1930, fue nombrado comandante del destructor Churruca, sustituyendo al también Capitán de Fragata D. José Castillo Barreda y siendo sustituido a su vez por el de mismo empleo en fecha 15 de enero de 1932. Volvería a ser comandante de dicho destructor el 4 de julio de 1936, habiendo sustituido el 11 de noviembre de 1935 a D. Antonio Guitián Arias, también como él por aquel entonces ya Capitán de Navío. Tras ser detenido a consecuencia de haberse sumado al Alzamiento el 18 de julio de 1936, fue sustituido en el mando el 19 de ese mismo mes, por el Alférez de Navío D. Luís de Castro Márquez. (37).

Tres años más tarde, en 1933, y desde el 1º de agosto de 1932, le hallamos destinado en la Comisión Inspectora de Cartagena. En sus haberes, le localizamos todas las condecoraciones ya citadas, excepto la Medalla de Alfonso XIII, ya que con el advenimiento de la IIª República, esta condecoración, las que hacían alusión a la Monarquía y las Conmemorativas, desaparecieron. (2). Obtuvo el empleo de Capitán de Navío, con antigüedad de 11 de julio de 1933, en el “Estado General de la Armada” de 1936, constaba que desde el 29 de julio 1933, era comandante del crucero “Miguel de Cervantes” (34).
El 18 de julio de 1936 este Capitán de Navío, comandante del destructor “Churruca”, fue juzgado en Consejo de Guerra celebrado el 17 de agosto de 1936 y condenado a muerte (5).Murió fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936. (3).


(Hans Nicolás i Hungerbühler, 05/11/2010)

LA ARMADA EN MELILLA, 18.07.1936 (2 )

¿ Qué pasó con la oficialidad de los destructores arribados
a Melilla el 18 de julio de 1936 ?

Marinos fusilados en Málaga el 21 de agosto de 1936 ( 2 )


5). D. José Tomás Silvestre Sebastiá
Nacido el 4 de septiembre de 1909, recibió su primer nombramiento el 23 de junio de 1927, ingresando en el servicio, el 1 de agosto de ese año. Guardiamarina de primer año, en 1930, se hallaba destinado en la Escuela naval cursando sus estudios desde el 1 de agosto de 1929 (1). Tres años más tarde, con antigüedad de 1º de agosto de 1932, le hallamos con el empleo de Alférez de Fragata con destino, desde esa misma fecha en la Escuadra (2). Murió fusilado en la cárcel de Málaga, a punto de cumplir los 27 años, el 21 de agosto de 1936 (3). Alférez de Navío, empleo que había obtenido con antigüedad de 1 de agosto de 1936, año en el que se hallaba destinado desde el 12 de junio de 1935, en el destructor ·Churruca” (34). El 18 de julio de 1936, formaba parte de la oficialidad del mentado buque. Juzgado en Consejo de Guerra el 17 de agosto de 1936, fue condenado a muerte (5), siendo fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936 (3).

Mandó también a través del jesuita el Padre D. Francisco García Alonso, carta de despedida a su madre desde la prisión provincial de Málaga, la cual decía textualmente: (27):
“…Querida, queridísima madre:
He tenido mucha suerte. He tenido auxilios espirituales y voy tranquilo y confiado en Dios que me habrá perdonado. Por el confesor te llegará este mi último papel. ¡Si supieras lo tranquilo que estoy!. Sólo siento tu pesar, pero consuélate que esta vida nada es comparada con la eterna. Muchos besos de tu hijo Tomás…”
Teniente coronel Darío Gazapo

6). D. Vicente Oliag García
Nacido el 18 de mayo de 1906 (A). Recibió su primer nombramiento, el 15 de julio de 1925 e ingresando en el servicio el 1 de agosto de ese año, teniendo destino en el año 1930 en la Escuadra, con antigüedad de 1 de agosto de 1929, en el empleo de Alférez de Fragata, en el cual tenía antigüedad de la última fecha mentada, es decir, 1º de agosto (1). Con antigüedad de 1 de agosto de 1931, obtuvo el empleo de Alférez de Navío, hallándose en 1933 destinado desde el 5 de julio de 1932, en la Escuadra, concretamente en el crucero “Almirante Cervera” (2). El 18 de julio de 1936, este Alférez de Navío, formaba parte de la oficialidad del destructor “Churruca” desde el 11 de julio de 1935 (34). Un Consejo de Guerra, celebrado en fecha 17 de agosto de 1936, le juzgó y le condenó a muerte (5). Murió fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936.

7). D. José Garcés y López
Nacido el 21 de enero de 1907, recibió su primer nombramiento el 1º de agosto de 1922 (B), ingresando en el servicio, un mes más tarde, el 1º de septiembre. Alférez de Navío en 1930, empleo al cual había accedido con antigüedad de 1 de septiembre de 1928, se hallaba destinado desde el 19 de noviembre de 1929, en el cañonero “Eduardo Dato” (1). Obtuvo el empleo de Alférez de Navío con antigüedad de 1º de septiembre de 1928, hallándose destinado en 1933, en el destructor “Lepanto”, desde el 25 de septiembre de 1931 Con posterioridad a 1930 y anteriormente al año 1933, se especializó en Artillería y Tiro Naval (2). Obtuvo el empleo de Teniente de Navío con antigüedad de 1 de julio de 1934.

Este Teniente de Navío el 18 de julio de 1936, formaba parte de la oficialidad del destructor “Churruca”. Desde el 16 de mayo de 1935 (34). Fue juzgado en Consejo de Guerra el 18 de agosto de 1936, siendo condenado a muerte (5), Murió fusilado en la cárcel de Málaga, el 21 de agosto de 1936.
El Teniente de Navío D. José Garcés López, también dirigió unas letras a su madre y esposa, las cuales llegaron a su destino de manos del Padre Jesuita D. Francisco García Alonso. En ellas, manifestaba su deseo que a la hija que nunca iba a conocer, pues su esposa Pilar se hallaba embarazada, se le pusiera de nombre Pilar. Dichas letras, decían lo siguiente (textual) (31):
“…Querida Pilar y querida madre:

Son las tres; a las cinco me fusilan en la cárcel de Málaga donde entré juzgado. A última hora he tenido la suerte de tener un sacerdote a mi lado. Muero tranquilo y os pido perdón.
Cuida de nuestra hija que deseo se llame Pilar, porque la Virgen en esta última hora me ayudó mucho.
José Garcés…”

8). D. Rafael Cervera y Cabello
Nieto por línea paterna del Almirante D. Pascual Cervera Topete y de doña Ana Jacome Pareja, (33) había Nacido el 27 de octubre de 1900 (1), era hijo de D. Ángel Cervera Jacome y de doña Rafaela Cabello y Bernabeu (33). Recibió su primer nombramiento a los 15 años, en fecha 22 de noviembre de 1915 e ingresó en el servicio, el 10 de enero de 1916. Teniente de Navío en 1930, empleo al cual había ascendido con antigüedad de 1 de marzo de 1924, era comandante del submarino “B-4”, al mando del cual se hallaba desde el 14 de junio de 1929 hasta 17 de junio de 1931 (8). También, era especialista en submarinos (1).

En 1930, este Teniente de Navío se hallaba en posesión de las condecoraciones siguientes (1):

Medalla Militar de Marruecos.
Cruz de 1ª clase del Mérito Naval con distintivo rojo.
Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo.
Cruz de Guerra con estrella de plata, francesa.
Medalla de las Campañas (34).

Tres años más tarde, en 1933, había ascendido a Capitán de Corbeta, el 4 de julio de 1931 y le hallamos desde el 1 de octubre de 1932, como Alumno de la Escuela de Guerra Naval (2). Entre el 17 de febrero de 1934 y el 18 de febrero de 1936, fue, ya ascendido a Capitán de Corbeta, con antigüedad de 4 de julio de 1931 (34), era comandante del submarino “C-1”, (Isaac Peral) (8). El 18 de julio de 1936, el Capitán de Corbeta D. Rafael Cervera y Cabello, era el 2º comandante del “Sánchez Barcaiztegui” (S). Una vez detenido y desembarcado en Málaga, fue juzgado en Consejo de Guerra el 17 de agosto de 1936, siendo condenado a muerte (5) Murió fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936 (3).
De la detención y triste final de este marino, su familia durante los primeros días del Alzamiento, conocía su destino e intuía el final que le esperaba. De dicha sospecha, deja testimonio directo, una carta dirigida por su tío (hermano de su padre), el Contralmirante honorario D. Luís Cervera Jacome a su prima hermana e hija de este último, doña Amparo Cervera que se hallaba en París (Francia). D. Luís, murió en una de las “sacas” llevadas a cabo en Paracuellos del Jarama por los marxistas en noviembre de 1936. Dicha carta decía (textual) (38):
“…Luís Cervera.
Nárvaez.
Madrid.
25 de julio de 1936.

Querídisima Amparito: No sé cuando podrá ir esta carta a tus manos pues este desgraciado país está sumido en una horrorosa guerra civil en la que el gobierno (o lo que como tal figura) está de parte de los extremistas que hacen la guerra sin cuartel y han armado a todos los paisanos para combatir al Ejército que está cerca de Madrid y que domina según se cree toda Andalucía, menos Málaga y Almería y casi todo el Norte, menos Barcelona.

Aquí en Madrid hubo a principios de esta semana también sublevación militar que el Gobierno dominó empleando toda clase de procedimientos. Consecuencia de ello es que desde el Domingo por la noche no hemos sabido nada de Pascual al que consiederamos muerto en el Cuartel de la Montaña donde estaba destinado. Aún no tenemos confirmación oficial pues probablemente ha sido enterrado sin identificar, entre otros muchos. Estamos desolados pues, según los periódicos ha muerto también en la lucha, Félix en Guadalajara y no podemos ni aún siquiera comunicar con Ana Mª a la que tenemos constantemente presente con sus siete hijos y con los horizontes cerrados.
Estoy deseando poder verla y acompañarla para darle el único consuelo que podemos que es nuestro cariño y ayuda.
La lucha es horrible y ha habido encuentros en la sierra en la que se cuentan las bajas por millares.
Estamos consternados y viendo como se van poniendo las cosas al estilo de Rusia, pues se asesina y se fusila sin otro motivo que no ser extremista.
Aquí en Madrid no hemos tenido aún privaciones de importancia pero todo llegará sin duda alguna.
También sabemos que Rafael Cervera Cabello está prisionero porque se rebeló contra él la gente de su barco pero no tenemos detalles sino fuertes rumores de que le ocurra algo grave. En fin para que detallar tristezas de esta verdadera catástrofe, no tenemos ni iglesia a donde ir ni libertad para España y por nosotros que sin duda merecemos todo esto de la justicia de Dios.

Te envía un abrazo tu atribulado papá que te quiere.
Luís.

P/S Adela con los suyos y su marido está con nosotros en casa; y están bien salvo Adelita que está con fiebres altas procedentes de anginas y el pequeño que tiene diarrea que en un niño de dos meses y en verano es cosa siempre de importancia…”
Vapor correo "Monte Toro"

D. Rafael Cervera Cabello, Capitán de Corbeta de 36 años, también dirigió unas epístolas a los suyos. Concretamente a su esposa doña Mercedes Zabala el 21 de julio de 1936 recién ingresado en la prisión Provincial de Málaga en la que le narraba como se sumaron al Alzamiento y también, como se amotinó la tripulación y fueron detenidos. Comunicaba también, el caos y la situación dantesca que se vivía en la ciudad de Málaga. Era una despedida. Dicha carta, que llegó a manos de la esposa del capitán de Corbeta D. Rafael Cervera, vía el Padre Jesuita D. Francisco García Alonso, decía lo siguiente (textual) (32):
“…Málaga 21-7-1936.

Merche de mi alma:
¡Ya ves en qué ha venido a parar todo esto!

Por si te llega esta carta, quiero darte un pequeño extracto de lo ocurrido para que sepas cómo he obrado; aunque sé por anticipado que por grande que sea nuestra pena aprobarás mi conducta.
Al salir de Cartagena recibimos órdenes de ir 30 nudos a Melilla y todo el camino fuimos recibiendo radios con órdenes severísimas a los barcos –echar a pique transportes de tropas que fueran para España-. Ya comprenderás la noche que pasamos, y vimos la situación de la siguiente manera: El estado de España era tal que, levantado el Ejército, el Gobierno para reprimir el movimiento acudiría a las milicias socialistas y comunistas y, por tanto, si triunfaba se implantaría el comunismo, con la ruina de España. Había por tanto que ayudar al movimiento y, como pensábamos que no se levantaría toda España y que se necesitaba fatalmente el Ejército de África para vencer y que este Ejército no podría pasar a España si la Marina lo impedía, vinimos en consecuencia de que la salvación de España estaba en nuestras manos, en las de la Marina.
A mediodía del sábado recibimos un radio del General Franco con una alocución patriótica al Ejército y Marina y esto, unido a unos radios apremiantes del Ministro para que bombardeáramos Melilla, nos hizo decidirnos a entrar allí y ponernos a las órdenes del Ejército de África.
Amarramos en Melilla y, como para esto había que contar con la tripulación, se llamó primero a los auxiliares a la Cámara y el Comandante les leyó la alocución de Franco y la reforzó con otra suya. La recibieron con una frialdad fatal y entonces les habló a la marinería que la recibió exactamente.
Nos quedamos muy fastidiados, pero no creíamos que pasaría más y, con un Teniente Coronel del Estado Mayor, pedimos nos mandaran a desfilar por el muelle una bandera del Tercio con música y dando vivas a España para levantar el ánimo de la gente.
Al enterarse ellos, les entró tal terror que se amotinaron y vinieron de repente a popa a exigirnos salir, pero ya ellos habían largado amarras y daban órdenes a la máquina con verdadero pánico. Esto fue completamente imposible de evitar.
Me pasé la noche esperando que me matasen, pues cada vez estaban más excitados y por la mañana del domingo 19 de julio nos encontramos que nos habían traído a Málaga,
Fueron unos auxiliares a ver al Gobernador Civil y vinieron unos Guardias de Asalto a buscarnos con la orden de detención. Nos trajeron al Comandante, tres oficiales y a mí en una camioneta de Asalto a la cárcel y no comprendo como no hemos muerto en el camino, pues estaba todo en poder de las turbas, ardiendo media ciudad y los guardias formando causa con ellos. Al ver que nos llevaban detenidos, se acercaban al coche con los puños en alto, diciéndoles al los guardias que nos matasen por la espalda. En fin, ¡cómo te voy a contar todo lo que en esta cárcel estamos pasando con incendios en ella, ataques de la calle y de dentro de todos los presos comunes!. A nosotros nos han puesto con los de Falange.
Es tal el estado en que está esto que hasta este momento no he podido ponerte unas letras, que les voy a dar a unos amigos por si alguna vez pueden llegar a tus manos y te quiten de la terrible incertidumbre sobre la suerte que haya podido correr. Desde que me vi preso en el camarote me preparé a bien morir, rezándome la recomendación del alma. Estoy en gracia de Dios, y esto, Merche de mi alma, es preciso que te entre dentro con tanta fuerza que tu resignación pueda llegar a ser una dulce resignación; pues esta seguridad que yo te doy, no hubieras podido tenerla a lo mejor, si muero tranquilamente en una cama.
Tú eres muy buena y moriré en la confianza de que encontrarás con eso un gran consuelo, y como las niñas no se dan cuenta de nada, casi es el momento mejor para morir.
Tengo la conciencia absolutamente tranquila, creo he obrado bien y lealmente.
En cuanto a ti, ¡que te voy a decir!, tú eres una santa, y sabes que te quiero con toda mi alma, que bendigo la hora en que te encontré, y que el dolor de dejarte es el mayor sacrificio que puedo ofrecer a Dios en estos momentos. No te quiero dar consejos porque no los necesitas. Haz siempre en todo lo que te parezca, con la seguridad de que a mí me hubiera parecido lo mejor. No puedo seguir hablándote a ti porque me parto de pena y pierdo la tranquilidad. Hasta este momento no había derramado una sola lágrima, y ahora no veo lo que scribo. Ten en cuenta la presencia de ánimo que hace falta para esperar una muerte segura y perdóname que, aunque me falten días, no te escriba más. Desde este momento quisiera pensar más que en la otra vida para entrar en ella no con dolor, sino con la alegría con que la debemos recibir los que creen como tú y como yo; y si te escribo y pienso mucho en ti, me faltarían las fuerzas. Perdóname, por tanto, y despídeme de todos, tanto de tu familia como de la mía. Adiós, Micucha, piensa mucho en Dios y que Él te dé resignación. Que las niñas salgan a ti y, si no las llama Dios por otro camino, no te opongas nunca a que se casen con un hombre honrado, creyente de verdad y que las quiera con el alma y la vida, como te quiere a ti tu Rafael…”

Otro Rafael Cervera Cervera, Alférez de Navío, el cual era Aspirante de Marina de segundo año en 1933, nació el 18 de enero de 1911, recibiendo su primer nombramiento el 21 de septiembre de 1931 e ingresó en el servicio, el 1º de octubre de ese mismo año (2), falleció a bordo del crucero “Baleares”, al hundirse este a consecuencia del impacto de un torpedo la noche del 5 al 6 de marzo de 1938 (4).

9). D. Manuel Saíz Chan
Guardiamarina de primer año en 1930, había nacido el 25 de diciembre de 1907. Recibió su primer nombramiento el 28 de febrero de 1927 ©, ingresando en el servicio a fecha de 1 de agosto de ese año. Guardiamarina en 1930, con una antigüedad de 1 de agosto de 1929, se hallaba cursando estudios en la Escuela Naval desde la última fecha mentada (1). Tres años más tarde, en 1933, ya había obtenido el empleo de Alférez de Fragata en fecha 1 de agosto de 1932, encontrándose destinado desde esa fecha en la Escuadra. (2). Alférez de Navío el 18 de julio de 1936, formaba parte de la oficialidad del “Sánchez Barcaiztegui” desde el 25 de septiembre de 1935 (34), siendo juzgado y condenado a muerte, por un Consejo de Guerra celebrado en fecha 17 de agosto de 1936. Falleció fusilado en la cárcel de Málaga, el 21 de agosto de 1936 (3).

10). D. Fernando Bustillo y Delgado. “…Nosotros morimos, pero España se salva…”

Nació el 23 de marzo de 1902. Recibió su primer nombramiento el 22 de noviembre de 1916 (D) e ingresó en el servicio, el 10 de enero de 1917. Teniente de Navío con antigüedad de 1 de marzo de 1924, se hallaba en 1930 destinado como comandante del submarino “B-6” desde el 2 de junio de 1928 (1) hasta el 12 de junio de 1930 (8), poseyendo la especialidad en sumergibles. (1). Entre los años 1933 y 1936, cursó la especialidad de Radiotelegrafista (34).

Se hallaba en posesión en el año de 1930 de las condecoraciones siguientes (1):
Placa Naval de 1º clase de la Real y Militar Orden de María Cristina.
Cruz de 1ª clase del Mérito Naval con distintivo blanco.
Medalla de las Campañas (34).

Entre 1930 y 1933, obtiene la especialidad de Radiotelegrafista, a la vez que con antigüedad de 19 de abril de 1932, asciende a Capitán de Corbeta, hallándose en 1933 destinado como comandante del submarino “C-4” (2), hasta el 18 de septiembre de 1934 (8). El 18 de julio de 1936, era este Capitán de Corbeta, era segundo comandante del destructor “Churruca” desde el 23 de julio de 1935 (34). Fue juzgado y condenado a muerte, en Consejo de Guerra celebrado el 17 de agosto de 1936 (5), siendo fusilado en la cárcel de Málaga el 21 de agosto de 1936 (3).

Este joven Capitán de Corbeta de 34 años, pudo despedirse por escrito en breve pero hermosa carta dirigida a su esposa, doña Concepción Navia-Osorio, la cual, llegó a su destino de manos del padre jesuita D. Francisco García Alonso, y en la cual, se citaba una frase que con el tiempo alcanzó cierta fama. En dicha aseveración, el Capitán de Corbeta D. Fernando Bustillo dejó reflejado su alto espíritu de servicio y sacrificio así como de auténtica inmolación, “…nosotros morimos, pero España se salva…”. Dicha carta, decía lo siguiente (textual) (28).
“…Queridísima con toda mi alma Concha:

Acaban de procesarme y piden para mí pena de cadena perpetua a muerte. Yo creo que me matarán y te escribo tranquilo, pues espero que Dios nuestro señor, con su infinita misericordia perdonará mis pecados y no me condenará al infierno. Dios os proteja y a mí me dé su gloria. Adiós, reza por mí. A mi madre, que me acuerdo mucho de ella, ¡que le habrá ocurrido!.
Confesé y comulgué el 13 de Julio y estoy en gracia de Dios. Ya ves que estoy tranquilo. Quisiera poderte dar un abrazo muy fuerte, muy largo y un beso al nene. Adiós, hasta la otra vida. Reza por mí. Adiós.
Fernando…”

Don José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos, en su “Movimiento nobiliario para el año 1939”, informaba que (textual) “…Por Orden de 3 de febrero de 1939, se concedió la Medalla de Sufrimientos por la Patria, a su madre doña Cayetana Delgado Ñudi por el fallecimiento de sus dos hijos don Fernando Bustillo Delgado, Capitán de Corbeta, vilmente asesinado por los marxistas en Málaga el 21 de agosto de 1936, y don Tomás Bustillo Delgado, Alférez de Navío, vilmente asesinado por los marxistas en Cartagena el 15 de agosto de 1936…” (7).

A su esposa, doña Concepción Navia-Osorio y Aguirre se le concedía una pensión del 50 % del sueldo de dicho jefe, la concesión de la cual se publicó en el Boletín Oficial del Estado del 7 de febrero de 1937. Dicha concesión, decía textualmente lo siguiente (26):

“…En virtud de lo dispuesto en el artículo 9º del Decreto número 92 de 2 de diciembre de 1936 (B.O. del E. núm. 51), vengo en conceder a Dª Concepción Navia-Osorio y Aguirre, viuda del Capitán de Corbeta D. Fernando Bustillo y Delgado, que hallándose embarcado en el destructor “Churruca”, fue detenido y asesinado por los rebeldes por considerársele adicto al Alzamiento Nacional, la pensión extraordinaria del 50 por 100 del sueldo del citado Jefe, con exclusión de las gratificaciones que este percibiera, como comprendido en el párrafo 1º y apartado c) del artículo 2º, en relación con el artículo 4º del mecionado Decreto, cuya pensión será abonable desde 1º de agosto de 1936 por la Delegación de Hacienda de Cádiz.
Burgos 2 de febrero de 1937. El General Jefe. Germán Gil Yuste…”

11). D. Juan Soler Espiauva
Nacido el 8 de enero de 1907. Recibió su primer nombramiento el 14 de agosto de 1923 e ingresando el 1º de septiembre de ese mismo año en el servicio. Alférez de Navío en el año 1930, empleo en el cual tenía antigüedad de 1 de septiembre de 1928, se hallaba destinado desde el 28 de noviembre de 1929 en el cañonero “Canóvas del Castillo” (1). Obtuvo el empleo de Alférez de Navío, con antigüedad de 1 de septiembre de 1928, hallándose destinado desde el 9 de diciembre de 1931, en el buque de salvamento de submarinos “Kanguro” (2). Teniente de Navío, el 18 de julio de 1936, habiendo alcanzado dicho empleo el 1 de julio de 1934 (34) formaba parte de la oficialidad del “Sánchez Barcaiztegui”, todo y que en el “Estado General de la Armada para el año 1936”, constaba como destinado desde el 21 de julio de 1935 en el crucero “Méndez Núñez” . Fue juzgado y condenado a muerte, en Consejo de Guerra celebrado el 17 de agosto de 1936 (5). Murió fusilado en la cárcel de Málaga. El 21 de agosto de 1936 (3).

El Teniente de Navío D. Juan Soler Espiauva, se despedía también de los suyos en las siguientes epístolas. Una dirigida a su madre doña María Soler-Espiauva y la segunda, a su esposa doña María del Carmen Mirones. Ambos escritos, pudieron arribar a manos de las interesadas, gracias al Jesuíta D. Francisco García Alonso, desde la prisión Provincial de Málaga. Ambos, escritos decían textualmente:

A la madre, doña María Soler-Espiauva (29):
“…Málaga 21 agosto 1936.

Mi queridísma madre y hermanos:
Solamente puedo poneros dos letras, pues acaban de notificarme que dentro de unas horas me fusilan con la oficialidad y jefes del “Sánchez” y del “Churruca”. No lloréis por mí. No sabeis lo bueno que es Dios conmigo, que no merezco tanta bondad. He pasado un cautiverio de un mes largo, horrible, que me sirve de purgatorio. Asi es que estoy convencido de que voy al Cielo derecho. Sed muy buenos, para que nos reunamos allí pronto.
Estoy encantado. Un sacerdote me espera para confesarme. Un Jesuíta. Tengo una fortaleza inmensa, que me ha dado Dios en este instante. A Carmina también la he escrito. Queredla mucho, que es muy buena y me ha querido siempre con locura, como yo no he merecido nunca. Quered mucho a mis hijos, ya que no me van a ver más los pobres. Yo, desde el Cielo, os protegeré a todos. Perdóname, mamá, las lágrimas que mi ingratitud te haya hecho derramar. Siempre te he querido mucho, aunque no tanto como tú mereces.
Muchos besos a todos, y a Antonio y Solita y Carmen y Pepe y todos; y para ti, madre mía, un abrazo y mil besos de tu hijo que te espera en el Cielo,
Juan…”

A la esposa, doña María del Carmen Mirones (Carmina) (30):
“…Málaga, 21 agosto 1936.

Mi muy amadísima Carmina:
Ya todo se acaba. En este momento son las dos y media de la mañana y a las cinco me van a ejecutar. No quiero entretenerme mucho en esta carta; perdonáme, pero poco tiempo tengo y quiero prepararme para el paso a la otra vida.
No me llores, mi corazón, pues muero tranquilo y después de haber pasado un mes largo de horrible cautiverio que me servirá de purgatorio. Estoy convencido firmemente de que dentro de tres horas estaré en el cielo y desde allí te esperaré y contemplaré, y pediré a Dios por vosotros hasta que vengáis conmigo.
Dios es buenísimo conmigo, pues me ha dado una fortaleza inmensa para pasar este trago, y muero arrepentido de mis pecados que Dios me ha perdonado. Un confesor me espera, así es que muero confortado con este divino Sacramento.
Mis cosas no sé si te gustarán. En la carpeta que yo tenía te mando lo más esencial, que es mi reloj, para que lo lleves tú, y mi carnet con otros papeles.
Y ahora, mi última voluntad, Carmina querida; es que seas muy cristiana siempre; no hagas jamás un pecado mortal que te prive de unirte conmigo en el cielo. Sé una santa, dedícate a Dios y a tus hijos y hazlos muy religiosos, muy cristianos. Reza el rosario diariamente y, si puedes, comulga diariamente también y pide por mí. Ya te dejo para poner dos letras a mi madre y preparar mi alma. Muchos besos a todos y tú y mis hijos de mi corazón, recibid todo el cariño de vuestro marido y padre que no dejará de contemplaros desde el cielo,
Juan…”

Fuentes:

(1). “Estado General de la Armada para el año 1930”, Imprenta del Ministerio de Marina, Madrid 1930.
(2). “Estado General de la Armada para el año 1933”, Imprenta del Ministerio de marina, Madrid 1933.
(3). “ABC”, Sevilla a 7 de octubre de 1936
(4). “El Crucero “Baleares” (1936 – 1938)” de Jeroni F. Fullana, Eduardo Conolly y Daniel Cota, de Lleonard Muntaner editor.
(5). “La Guerra Civil española en el mar”, de Michael Alpert, 1ª edición de 2006.
(6). “Movimiento nobiliario para el año 1938”, por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(7). “Movimiento nobliario para el año 1939”, por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(8). “El Arma submarina española”, en Internet.
(9). “Gaceta de Madrid” núm. 363, pág.1.766, Madrid 29 de diciembre de 1926.
(10). “La Historia del submarino “C-3” en internet.
(11). “ABC”, edición de Madrid, pág. 27, Madrid, domingo 7 de agosto de 1932.
(12). “Movimiento nobiliario 1931-1940, para el año 1940”, por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(13). “Movimineto nobiliario 1931-1940, para el año 1934”, por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(14). “Boletín Oficial del Estado” núm. 72, Burgos a 31 de diciembre de 1936.
(15). “Geneanet, genealogía en Internet”, Genealogía de la familia Jaudenes de Pablo Puech.
(16). “Submarinos”, “Submarino C-4”, de Daniel Prieto, en Internet.
(17). “Movimiento nobiliario 1931-1940, para el año 1939” por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(18). “La Correspondencia de España”, núm. 23.304, pág. 5, Madrid, sábado 3 de junio de 1922.
(19). “Flores de heroísmo” de Francisco García Alonso S.J.,, páginas 87-88, Sevilla 1939. “El precio de una victoria”, de Fray Antonio de Lugo, O.S.H., páginas 72-73, Madrid 1979, recogidos en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de España, 1936-39”, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(20). “Boletín Oficial del Estado”, núm. 10, pág.180, Madrid, 10 de enero de 1939.
(21). “La Correspondencia de España”, núm. 23.311, pág. 6, Madrid, lunes 12 de agosto de 1922.
(22). “La Correspondencia de España”, núm. 23.336, pág 4., Madrid, martes 11 de julio de 1922.
(23). “La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, núm.25.773, pág. 6, Madrid, sábado 5 de agosto de 1922.
(24). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. páginas 41-42 y 51, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(25). “La revolución de Asturias de 1934”, Foro de Historia Militar en Internet, post del Nick “Mencey”.
(26). “Boletín Oficial del Estado”, núm. 110, pág. 352, Burgos 7 de febrero de 1937.
(27). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. pág 87, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(28). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. páginas 84 y 85, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(29). “”Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J., páginas 86 y 87. “El precio de una victoria”, de Fray Antonio de Lugo, O.S.H.,Madrid 1979, páginas 73 y 74. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(30). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. páginas85 y 86, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(31). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. pág.88, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(32). “Flores de heroísmo”, de Francisco García Alonso S.J. páginas 37-41 y 83-84, Sevilla 1939. Recogido en Internet, en un trabajo titulado “Así iban a la muerte: Una juventud para la eternidad, testimonios de los años de la Guerra de
España, 1936-39, de Santiago Cantera Montenegro, O.S.B.
(33). “Cádiz, Una saga ligada al mar”, de Ignacio Casas de Ciria, en “lavozdigital.es” en Internet.
(34). “Estado General de la Armada para el año 1936”, Imprenta del Ministerio de Marina, Madrid, 1936.
(35). “La Vanguardia Española”, pág. 12, Barcelona miércoles 14 de junio de 1950.
(36). “Movimiento nobiliario 1931-1940, para el año 1936”, por D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos.
(37).”Buques de la Armada española”, “Destructor Churruca”, publicado por el “Nick Asdrúbal el Bello”, blog en Internet.
(38). “Cervera Topete”, “Anotaciones sobre Luís Cervera Jácome” publicado en el blog en Internet por “Asociación familia” en fecha 27 de abril de 2008.
(39). “España en su encrucijada, Volúmen II”, “El despertar. El Alzamiento nacional, del 17 al 31 de julio de 1936” , “capítulo 3, 17 al 18 de julio de 1936”, Autor, Paco Berrocal, en la web de Internet http://www.altoyclarow.com/.
(40). “España en su encrucijada, Volúmen II”, “El despertar. El Alzamiento nacional del 17 al 31 de julio de 1936”, “capítulo 2, viernes 17 de julio de 1936”, Autor, Paco Berrocal, en la web de Internet http://www.altoyclarow.com/.
(41). “España en su encrucijada, Volúmen II”, “El despertar. El Alzamiento nacional del 17 al 31 de julio de 1936”, capítulo 4, sábado 18 de julio de 1936”, Autor, Paco Berrocal, en la web de Internet http://www.altoyclarow.com/.

(Hans Nicolás i Hungerbühler, 05/11/2010).

martes, 26 de enero de 2010

MILLÁN ASTRAY VUELVE A NADOR




Beni-Enzar ( Marruecos ) aplaude la retirada de la estatua del fundador de la Legión en A Coruña .Yahya durante los actos que organizó en Beni-Enzar sobre los acontecimientos en el Barranco del Lobo



Por Redacción/ Diario MELILLA HOY, 26 de enero de 2010



El presidente del Grupo de Amistad Senado Español - Cámara de Consejeros Marroquí, Yahya Yahya, envió ayer una carta al Alcalde de A Coruña, Javier Losada, en la que la que le expresa su felicitación por la retirada de la estatua de José Millán-Astray de las calles de esta provincia gallega y su deseo de que otros regidores españoles sigan el ejemplo con las efigies que recuerdan a los militares que participaron en la guerra del Norte de África contra los marroquíes y rifeños con el fin de que "dejen de ser motivo de humillación para tantas y tantas víctimas".


En la misiva, el también alcalde de Beni-Enzar, municipio próximo a Melilla, Yahya califica esta decisión del consistorio coruñés como "valiente" y asegura que la medida ha provocado en los marroquíes y rifeños "júbilo y la satisfacción".


El senador marroquí recuerda que Millán-Astray es el fundador de la Legión Extranjera, "cuerpo militar detrás una pléyade de atropellos y masacres en el norte de Marruecos, sobre todo entre el pueblo rifeño". Así evoca que Millán-Astray fue promotor destacado en 1936 del levantamiento castrense contra el legítimo gobierno de la II República, "dando inicio a una guerra en la que fueron enrolados forzosamente decenas de miles de mis compatriotas, muchos de los cuales perecieron en el frente por una causa que no era, ni mucho menos, la suya".


Yahya Yahya destaca además que el militar "fue un símbolo y destacado miembro del régimen fascista comandado por el general Francisco Franco, otro personaje que ha dejado una estela de sangre entre mi pueblo", y por ello añade que "no podemos más que saludar la iniciativa de su Ayuntamiento de condenar al ostracismo cualquier vestigio de semejante personaje".


El alcalde de Beni-Enzar subraya en la misiva que él mismo y la corporación que preside comparten los mismos valores y objetivos que el Ayuntamiento de A Coruña, en tanto que partícipes de una común memoria histórica. En esta línea, recuerda que el municipio que él preside "ha procedido recientemente a retirar la ayuda pública destinada al mantenimiento de un museo erigido aquí mismo en honor a la memoria del mariscal rifeño Mohamed Mizzian".Mizzian, "amigo de armas" de Franco y del propio Millán-Astray, fue un actor destacado en batallas como la de Anual contra su propio pueblo durante la colonización española del norte de Marruecos.


Tras una destacada participación en la guerra civil, desarrolló una fulgurante carrera militar, convirtiéndose en el marroquí de mayor graduación en el ejército español y ocupando destacados cargos en el régimen franquista, entre ellos el de Capitán General de Galicia.


Tras la independencia de Marruecos, obtenida en 1956, Mizzian pasa a enrolar las Fuerzas Armadas Reales, aplastando brutalmente la rebelión de los rifeños en 1959.En este sentido, Yahya resalta que "al igual que la presencia de una estatua de Millán-Astray en A Coruña, la existencia de un museo en honor al mariscal Mizzian en nuestra localidad de Beni Enzar supone una provocación al encuentro de los sentimientos de los miles de víctimas de estos dos verdugos. Marroquíes y españoles, rifeños y gallegos, no podemos -concluye la carta- sino estar juntos ante esta lucha por la dignidad y por rehabilitar nuestra memoria histórica".

sábado, 23 de enero de 2010

Retirada la estatua de Millán Astray en A Coruña


Memoria histórica:

A Coruña retiró a Millán Astray a las 7 de la mañana



La plaza en la que se encontraba la figura

de bronce será totalmente reformada


Autor: Rodri García / La Voz de Galicia/ 23.01.2010


Andamios y vallas se apilaban a las siete de la mañana de ayer ante la estatua de Millán Astray, una figura de bronce de más de tres metros de alto ubicada en la parte posterior del palacio de María Pita de A Coruña. La tarde anterior, los trabajadores de la empresa López Cao habían dejado allí dicho material. Esta empresa es la adjudicataria de las obras de reforma de toda la zona, incluida la plaza de España, en la que Ayuntamiento y Xunta invertirán tres millones de euros para reurbanizar un espacio de más de 22.000 metros cuadrados.
Pasaban unos minutos de la siete cuando un grupo de operarios empezaron a vallar parte de la plaza, ubicada entre el cuartel de Atocha y un bloque de viviendas militares, como labor previa a la retirada de la escultura. Esta tarea forma parte de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica y había sido aprobada por el pleno del Ayuntamiento coruñés junto con la eliminación de más de medio centenar de calles y elementos vinculados con el franquismo.
Las lágrimas del sargento
Una pala se aproximó a la estatua -inaugurada el 29 de septiembre de 1970 para celebrar el 50 aniversario de la fundación de la Legión- y empezó a retirar un par de bancos del mobiliario urbano, para luego iniciar la extracción de la tierra que rodeaba la amplia base del monumento. «Había otras formas de hacer esto», comentaba un sargento de la Legión que se dirigía a su trabajo. Con las lágrimas asomando a los ojos, justificaba que «eso de viva la muerte que tanto le critican hay que entenderlo en aquel contexto y en aquellos años». De todos modos, prefería mantener el anonimato.
Un camión con grúa se aproximó también al lugar con una caja en su interior, mientras uno de los operarios envolvía con una tela negra la obra del escultor Xoán Piñeiro. Dada la altura, más de tres metros, fue necesario colocar un andamio para concluir el envoltorio.
Pasadas las ocho de la mañana, llegó la lluvia, también la máquina radial para romper el cemento de la base y el martillo neumático. Fue una tarea laboriosa, que los obreros compaginaron con la retirada de otra pesada placa de bronce que se encontraba en un pequeño muro levantado en la parte posterior y también vinculado a Millán Astray.
A pesar de la lluvia, un militar que llevaba a su hija al colegio se paró un momento a hacer una foto con su móvil, al mismo tiempo que musitaba algo poco elogioso sobre las formas de llevar a cabo la retirada; desde una ventana del cercano cuartel de Atocha otro militar también hacía fotos y varios más observaban lo que estaba ocurriendo.
En esos momentos, el concejal de Rehabilitación y Vivienda, el nacionalista Mario López Rico, se había sumado a los escasos curiosos que, bajo la lluvia, seguía las tareas. «Isto fíxose cando os obreiros empezan a traballar», explicó, restando importancia al madrugón y apuntando que ese era el horario de la construcción los viernes.
El final del trabajo
Alrededor de las nueve y cuarto de la mañana, los «aproximadamente 600 kilos» -calculaba el conductor del camión- de la estatua eran elevados en el aire, libres ya del cemento, y depositados en la caja de madera, donde era tumbada la figura.
Varios operarios acolcharon la escultura antes de taparla, subirla al camión y ser trasladada a los depósitos municipales.
A esa hora, nueve y media de la mañana, desde las casas militares ya se veían vecinos haciendo fotos y vídeos. Luego vendrían las reacciones, tanto de los políticos municipales (críticas desde la oposición y respeto a la operación desde el gobierno local) como de la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica da Coruña, que calificaba la jornada de ayer como «histórica».


Tomado de:

viernes, 25 de diciembre de 2009

MELILLA: FOTO DE OCTUBRE DE 1931


UNA FOTO DE LOS SUCESOS DE OCTUBRE DE 1931

Nuestro compañero de Estudios Melillenses, Carlos Esquembri, interesado en el devenir del Movimiento Obrero en Melilla y administrador del blog: “HISTORIAS DE LA MELILLA DE IZQUIERDAS”. Nos ha facilitado una fotografía que recoge los enfrentamientos que tuvieron lugar en la Avenida de la República, en Melilla con ocasión del entierro de la víctima de los disparos de la Guardia Civil.
Fotografía que por su interés, y como complemento de la anterior entrada, adjuntamos al igual que una pequeña nota, también escrita por Esquembri:

“En realidad la huelga encubría un enfrentamiento entre la UGT y la CNT por el control del movimiento obrero en Melilla.
A Antonio Díez le pegaron porque viajó en un autobús conducido por un afiliado de la UGT, ya que este sindicato se oponía a la huelga y Díez, como alcalde, intentaba dar una imagen de normalidad y apoyó a los trabajadores de su sindicato. Mientras que los piquetes que atacaron a Díez y al autobús donde se produjo los disparos eran de la CNT.

Recordemos que el Alcalde Antonio Díez también era dirigente de la UGT”.

Carlos Esquembri

sábado, 19 de diciembre de 2009

ANTECEDENTES: LA HUELGA DE 1931




Recordando los lamentables sucesos de octubre de 1931




Huelga de la O.A.M.S.A., (actualmente C.O.A.)


Un hombre muerto y varios heridos.


Hasta el viernes día 9 de octubre de 1931, cuantos conflictos surgieron en Melilla entre el capital y el trabajo, quedaron solucionados de modo pacífico, con mutuas transacciones, obteniendo los obreros beneficios y mejoras que solicitaban. La huelga minera nacida bajo malos auspicios, fué satisfactoriamente resuelta y muy agradecido el personal a las empresas, por la liberalidad con que procedieron.
Desgraciadamente la huelga planteada a la O.A.M.S.A. tuvo lamentables derivaciones. Un hombre joven, perdió la vida en el choque entre la fuerza pública y los que por medios violentos trataron de detener la circulación de las camionetas; dos más fueron heridos, solícitamente cuidados en el hospital de la Cruz Roja, y varios transeúntes y viajeros sufrieron lesiones producidas por piedras.
Se lamentaba la Prensa local de los tristes sucesos; dedicando un recuerdo piadoso al finado; apoyo y palabras de consuelo para las familias de las víctimas; haciendo votos por la rápida curación de los heridos, y con la mirada fija en la Patria, procurando que esta querida ciudad, que atravesaba gravísima crisis, no padeciera mayores males. Que se tenía que tener confianza en la solución jurídica de las huelgas pendientes y en la liquidación de esta nota triste. La serenidad no debería perderse. La población la tuvo durante todo el día anterior, pues hubo en los sitios céntricos la animación de costumbre. Todos, cada cual dentro de su esfera, se habían obligado a contribuir al restablecimiento de la normalidad y de la conciliación entre el capital y el trabajo. Así lo exigía la armónica convivencia social.
Y, sobre todo, no olvidemos la situación especial de Melilla frente al pueblo protegido del Protectorado de España en Marruecos, que miraba, y observaba y al que deberíamos dar ejemplo, evitando las consecuencias que pudieran acarrear, por esas singularidades que en nuestra ciudad concurrían, ulteriores perturbaciones del orden o actos de violencia.
Decir a los lectores que se hallaba interrumpida, desde hace varios días, la circulación de las camionetas de la “Ómnibus Automóviles de Melilla, S.A.” por motivo de huelga. Como diecinueve chóferes se ofrecían a reanudar su labor, la empresa lo puso en conocimiento de la Delegación Gubernativa, a fin de que garantizara la libertad de trabajo.



El Delegado Gubernativo señor Hermida, ofreció lo que de él demandaba la empresa, haciendo saber a ésta, que protegería el servicio la fuerza pública.
La división entre el personal obrero, afecto a esta sociedad, se exteriorizó; y los que persistían en la huelga, no vieron con agrado la determinación de aquellos compañeros.
En las primeras horas de la mañana del viernes día 9 de octubre de 1931, comenzaron a prestar servicio algunas camionetas, utilizando el personal antes mencionado. En una de ellas llegó hasta la Plaza de España el alcalde, don Antonio Díez. Momentos después de descender del vehículo, fue objeto de una agresión, de la que después damos cuenta.
Cerca de las once y media habían ocurrido desagradables sucesos en la calle del doctor Rizal (actual General Polavieja). La Delegación Gubernativa manifestó que grupos de obreros, pertenecientes a los Sindicatos, trataron de impedir la circulación de los autobuses que iban custodiados por parejas de la Guardia Civil, y que una de estas parejas se había visto obligada a disparar, ocasionando un muerto y dos heridos.



Los hechos ocurrieron cuando una de las camionetas perdió la dirección, internándose en la acera. Le seguía otra protegida por una pareja de la Guardia Civil, sobre la que arrojaron piedras. Algunos huelguistas trataron de volcar el coche.
La pareja de la Benemérita dijo, que se habían visto en la necesidad de hacer uso de las armas, ante las agresiones de obra de que fueron objeto. La excitación era grande; se proferían gritos diversos y se comentaban los sensibles sucesos.
Horas después de los sangrientos hechos, todavía reinaba enorme confusión en dicha calle, continuando algunos grupos lanzando piedras contra los autobuses, rompiendo cristales y lesionando a varios pasajeros y transeúntes.
Inmediatamente después de los disparos algunos obreros procedieron al traslado de los heridos a la Casa de Socorro, lo que se efectuó en varios taxis.
En el citado benéfico establecimiento, el médico de guardia señor Sancho Miñano, certificó la defunción del infortunado Diego Viudez Soler.
Dicho médico y el practicante Rivas Acuña, prestaron asistencia a los demás heridos, apreciándosele al obrero del puerto Antonio Fernández Cazorla, una herida de arma de fuego con orificio de entrada en la región pectoral derecha a nivel del cuarto espacio intercostal con orificio de salida por la región costal posterior.
El joven cobrador de la camioneta que efectuaba el servicio al “campo”, Luis Carmona Segura, una herida de arma de fuego con orificio de entrada en la cara anterior externa superior y de salida por la parte posterior, con fractura del húmero del brazo derecho por su tercio medio.
También fueron asistidos los dos guardias civiles que sufrieron heridas contusas producidas por piedras, y Carmen García Blanco, de una contusión con equimosis en el omoplato derecho.
El capitán de un barco inglés, que se hallaba varios días en el puerto, también resultó con herida contusa en la región temporal izquierda y párpado inferior del mismo lado, producida por piedras, de las que los huelguistas lanzaron contra la camioneta.
Por último, la joven María Valdivia Hernández, sufrió un ataque de histerismo.
El juez de Instrucción señor Manzanares, con el secretario accidental señor García Vallejo, tomó declaración a los heridos y lesionados, disponiendo la conducción del cadáver al Depósito del Cementerio.
El padre y el hermano del finado Diego, acudieron a la Casa de Socorro, desarrollándose tristísima escena, que impresionó a cuantos la presenciaron.

Traslado del cadáver
El cadáver del infortunado Diego Viudez, fue depositado en una camilla de la Cruz Roja, para ser conducido al Depósito del Cementerio.
En la Avenida de la República, cerca de la calle de Castelar, salió a su encuentro una mujer desolada. Era la madre del finado. Quiso ver a su hijo, lo abrazó y a duras penas los amigos pudieron separarla.
El aspecto que entonces, ofrecían esa vía y la citada calle, era imponente. Seguían a la camilla centenares de obreros, que abandonaron el trabajo y otros por ser la hora del descanso.
La fúnebre comitiva llegó al Cementerio. Durante todo el trayecto, se oyeron diversos gritos, pero no se alteró el orden permaneciendo abiertos los comercios.

La agresión al Alcalde
Como dijimos anteriormente el alcalde don Antonio Díez sufrió una agresión en la Plaza de España después de haber descendido de un autobús.
Parece, que dirigió la palabra a un grupo de obreros que censuraban al chofer, y entonces, varios de ellos, le agredieron, llegando a maltratarle de obra.
El señor Díez trató de defenderse más la intervención de diversas personas, pudo evitar tuviera el sensible incidente mayores proporciones. Acompañado del Secretario Sr. Echeguren, del conserje señor Pérez y de otras personas se trasladó al Ayuntamiento donde fue muy visitado.
Allí estuvo también su hermano Paulino Díez, que le dio cuenta de lo acaecido en la calle del Doctor Rizal.

Ante los gravísimos incidentes el delegado Gubernativo señor Hermida, ordenó a la policía procediera a la inmediata clausura del local de los Sindicatos, sito en la calle Álvaro de Bazán, número 13.
Dispuso la detención de los miembros del Comité ejecutivo de los Sindicatos Únicos de Transportes Marítimo y Terrestres, del Comité de huelga y de los sindicalistas Paulino Díez, Francisco Tárrago Ramírez, Manuel Jiménez Huesca, José Granero Martos, Juan Corral y Victoriano Riobost.
Más tarde ingresaron en Victoria Grande, por desacatar las órdenes de la Guardia Civil, antes de producirse los sucesos, José Sánchez Pérez, Fermín Moreno, Francisco Cuadrado, Rafael Gabarrón, Aurelio Quirós, Baldomero Segura y Eduardo Mérida.
Al tener conocimiento de lo ocurrido, abandonaron el trabajo los obreros del puerto, los pertenecientes al Sindicato de Construcción, los del Sindicato de la Madera, Campesinos y Oficios Varios y Transportes y los afiliados a ellos que trabajan en obras municipales.
Los panaderos en señal de duelo, decidieron suspender la elaboración de pan hasta las doce horas del día siguiente.
Los taxis y camionetas se retiraron unos, por solidaridad y otros en evitación de coacciones. La circulación por tracción mecánica, quedó completamente suspendida circulando solamente los automóviles militares y de los médicos.
En cambio los antiguos coches hipomóviles y carros trabajaron como de costumbre y los primeros, mucho más.

Medidas de precaución
El Delegado Gubernativo señor Hermida, adoptó medidas previsoras, de rigor, en evitación de que pudieran reproducirse sensibles incidentes.
Fuerzas de la Benemérita custodiaban los garajes de la O.A.M.S.A., el Matadero y otras dependencias.
El general jefe de la Circunscripción, General Leopoldo García Boloix, a requerimiento del señor Hermida, envió fuerzas del Ejército para la protección de las Centrales eléctricas, iglesias y Comunidades religiosas. También facilitó una camioneta para transportar la correspondencia desde la Administración de Correos al muelle.

Estado de los heridos
Los heridos Antonio Hernández Cazorla y Luis Carmona Segura, una vez curados en la Casa de Socorro y después de ser interrogados por el juez de Instrucción, señor Manzanares, al que acompañaban el secretario accidental señor García Vallejo, fueron trasladados al hospital de la Cruz Roja, donde se les asistió nuevamente.
El más grave de ellos, Antonio Fernández Cazorla, continuaba en muy alarmante estado.
Luis Carmona había experimentado alguna mejoría. Los demás heridos y contusos, después de curados pasaron a sus domicilios.
El infortunado joven Diego Viudez era natural de Melilla, y pertenecía a modesta familia de las más antiguas de la ciudad.
A la mañana siguiente se procedió a practicar la autopsia al cadáver y seguidamente fue inhumado.

S.E. recorre la ciudad
El general jefe de la Circunscripción señor García Boloix, acompañado de su ayudante, comandante señor Sanz, recorrió diversos lugares de la ciudad, en los que se hallaban grupos de obreros, con los cuales conversó afablemente, aconsejándoles orden y sensatez y lamentando los tristes sucesos desarrollados durante la semana.

La normalidad es absoluta
Al atardecer noche la normalidad era absoluta y hubo la animación de costumbre en la Avenida de la República y terrazas de los cafés.
Los obreros formaron animados grupos en diversos lugares, manifestándose en actitud tranquila. Se comentaba que la bala que hirió al obrero Luis Carmona, no era de Máuser. Se aseguraba también que solo hubo dos disparos e inmediatamente sonaron otros de arma corta.
Por la noche la policía y algunas parejas de la Benemérita registraron a cuantos sospechosos transitaban por los barrios exteriores.

Impresiones
Al día siguiente continuaba la huelga de los sindicatos, la parte céntrica de la ciudad, se vió menos animada que el viernes, a pesar de la mayor gravedad que en este día tuvieron los sucesos desarrollados en la calle del Doctor Rizal, ya que todo se redujo a una descarga al aire, que bastó para disolver la manifestación obrera.
Durante la jornada mercantil, abrió el comercio, escaseando los compradores, no obstante, ser sábado, por retraimiento del vecindario.
Aquella situación no podía prolongarse por los perjuicios morales y materiales que a todos irrogaba. La actitud de los huelguistas fue pacífica; pero no circularon ni camionetas, ni taxis, ni coches particulares, salvo los militares y de los médicos.
Era indispensable que Melilla adquiriera su fisonomía normal y volviese la tranquilidad y confianza a los espíritus; que se respetara la libertad de trabajo y cesasen las coacciones. Y, en fin, que mediante mutuas transacciones, quedasen resueltas las huelgas.
No era buen ejemplo al que se daba al país protegido (Protectorado de Marruecos), más atento de lo que generalmente se cree a los actos que realizamos, y a las informaciones de prensa, tanto local como metropolitana.
Varios síntomas demostraban el peligro a que nos exponíamos, sí, como el día anterior, no fijamos la mirada en la Patria a la que nos debíamos, y se olvidaban las circunstancias especialísimas en que Melilla se encontraba.
En la noche del viernes, un representante de los Sindicatos, estuvo en la Delegación Gubernativa, a fin de solicitar autorización para celebrar a las diez de la mañana del día siguiente, una manifestación que, siguiendo la Avenida de la República, se dirigiría al cementerio de la Purísima Concepción, para asistir a la inhumación del cadáver del infortunado obrero Diego Viudez Soler.
El señor Hermida no accedió a dicha petición, manifestando que ya la habían celebrado poco después de ocurrir los expresados sucesos, al ser conducido el cadáver al depósito de la Necrópolis, y, además, para evitar que con tal motivo se reprodujeran los incidentes.

Los grupos intentan manifestarse
A pesar de esta negativa, grupos bastante numerosos intentaron manifestarse el sábado por la mañana. Desde las primeras horas, comenzaron a verse grupos de obreros, en la Plaza del Comandante Benítez, principio de la calle de Castelar y Lerchundi, Plaza de España y en diversos lugares de la Avenida de la República.
Fuerzas de policía y de la Guardia Civil, que durante toda la noche anterior habían prestado servicio de vigilancia procedieron a dispersar los grupos, en cumplimiento de las órdenes que habían recibido, lográndolo en pocos momentos.
Más tarde, los grupos que insistían en llevar a cabo sus propósitos descendieron por la calle del General Marina, concentrándose en la Plaza de España, a fin de seguir por la Avenida de la República. Varios de los manifestantes, llevaban tres coronas. Como persistieran en seguir, la Guardia Civil hubo de invitarles repetidamente a que retrocedieran, a lo que se negaron algunos de los manifestantes.
Un cabo y varios números que se hallaban en la citada calle, procedieron entonces a dar el alto a los huelguistas, desatendiéndolas nuevamente éstos y en vista de ello, los referidos guardias, después de dar tres toques de atención hicieron una descarga al aire.
A partir de este momento, los manifestantes se dispersaron en diversas direcciones, y lo mismo hicieron los escasos transeúntes que se hallaban a dicha hora en el expresado lugar, originándose la alarma y confusión consiguientes.
A los pocos instantes, quedó expedita la calle, restableciéndose la normalidad, sin más consecuencias desagradables, por fortuna.
Uno de los manifestantes, llamado José Muñoz García, de oficio encuadernador, al alejarse de la calle de La República, sufrió una caída, produciéndose una contusión en el rostro.
Los comercios, entre ellos muchos, de la Avenida de la República, cerraron sus puertas a las diez de la mañana a fin de que la dependencia pudiera asistir al acto de dar sepultura al cadáver del obrero Viudez, accediendo a requerimientos que se hicieron por algunos obreros en dicho sentido.
A la una menos cuarto abrieron de nuevo y lo mismo hicieron por la tarde sin que afortunadamente se registrara incidente alguno.
En cumplimiento de órdenes del Delegado Gubernativo señor Hermida, el jefe de policía señor Rico, recorrió los comercios, manifestando que podrían funcionar como de ordinario, pues por las fuerzas de la Benemérita y de la policía se garantizaba el orden.
A mediodía, los camareros de los cafés de la Avenida de la República abandonaron el trabajo, en cumplimiento de indicaciones de la sociedad a que pertenecían. Los citados establecimientos permanecieron toda la tarde abiertos. Al oscurecer se vieron obligados a cerrar por haberse retirado los camareros.
Los panaderos que habían dejado de trabajar la noche anterior, habiendo manifestado que reanudarían el trabajo a las doce de la mañana del sábado, no acudieron en su totalidad a los obradores, por lo que hubieron de comenzar las faenas los patronos. Por la tarde entraron los obreros en la mayor parte de las panaderías.

Otras noticias
En el muelle también pararon los obreros de la carga y descarga, por solidaridad con el Sindicato de Tracción mecánica, por lo cual no se realizaron dichas faenas durante todo el día de ayer.
El vapor correo no pudo cargar, marchando por la tarde con pasaje y correspondencia solamente.
Durante todo el día se vieron grupos en el barrio de Batería Jota, donde habitaba la familia del obrero Viudez y asimismo en los alrededores del Cementerio, sin que hubiera que lamentar nuevos incidentes.
Fuerzas de la Guardia Civil, llevaron a cabo servicio de vigilancia por los citados lugares, como asimismo en los distintos puntos de la ciudad. Estos servicios eran inspeccionados día y noche por el teniente coronel señor Varea, capitán señor Arjona y teniente señor Martínez.
El viernes llegaron algunos guardias civiles de Villa Sanjurjo y al día siguiente se esperaban más. También comenzaron a prestar servicios en la plaza, los que se hallaban destacados en Zeluán.
En el hospital de la Cruz Roja, continuaban los obreros Antonio Fernández Cazorla y Luis Carmona Segura, que resultaron heridos en los sucesos del viernes.
Por el personal facultativo de dicho benéfico establecimiento se procedió a curarles nuevamente, apreciándose que habían experimentado alguna mejoría.
Durante todo el día fueron visitados por sus familiares, compañeros y amigos.
Continuaba interrumpida la circulación de taxis y camionetas. También se abstuvieron de salir los autobuses que hacían el servicio de viajeros entre la ciudad y Villa Sanjurjo y Uxda.
Según informaciones algunos detenidos quedaron a disposición de la autoridad militar, y el juez de Instrucción señor Manzanares, actuó estos días activamente, realizando las oportunas diligencias con motivo de los sucesos ocurridos el viernes.

La diligencia de autopsia
Por la mañana, a las doce, se procedió por los forenses señores Barrientos y Jiménez Alcoba, a practicar la autopsia al cadáver del infortunado Diego Viudez Soler.
Esta diligencia fue presenciada por el juez señor Manzanares y secretario accidental señor García Vallejo.
Parece ser que el proyectil penetró por la base del cráneo, con salida por la fosa nasal izquierda, produciendo enormes destrozos. El dictamen forense fue entregado al juez de Instrucción señor Manzanares.
Diego Viudez Soler, era hijo de Juan y Antonia, tenía 18 años de edad, natural de Melilla, soltero, y como ya hemos relatado anteriormente falleció en la vía pública, calle del Doctor Rizal, a consecuencia de heridas por arma de fuego el día 9 de octubre de 1931 a las 12 horas.
Fue sepultado al día siguiente en la Parcela Galerías de Nichos Nueva, fila tercera, número 5. La propiedad de la tumba la pagó su madre donde continua en la actualidad.




José Antonio Cano
(de la Asociación de Estudios Melillenses)



Artículo publicado en el diario "Melilla Hoy", el domingo 6 de diciembre de 2009.
Bibliografía consultada:
“El Telegrama del Rif”


Imágenes: - La Avenida hacía el año 1930.


- Anuncio de la cia. OAMSA, año 1927.